“En la escuela va a ser imposible afiliar al PTP”, esa fue la frase recurrente que repetíamos un grupo de docentes en las reuniones de organismo, antes de salir a afiliar. “Una cosa es el aval, pero que te den la fotocopia del documento…”.
“En la escuela va a ser imposible afiliar al PTP”, esa fue la frase recurrente que repetíamos un grupo de docentes en las reuniones de organismo, antes de salir a afiliar. “Una cosa es el aval, pero que te den la fotocopia del documento…”.
Así fue como –sin mucho convencimiento y por pura militancia– abordamos a nuestras compañeras. La sorpresa fue muy grande cuando, después de explicarles el porqué de recuperar la personería del PTP, las dos compañeras con las que estábamos charlando, nos dijeron: “Sí, dale. ¿Qué necesitás?”. La sorpresa fue aún mayor cuando estas mismas compañeras nos dicen: “Vengan, vamos a hablar también con fulana y con mengana que no van a tener drama”. Y las mismas compañeras tomaron en sus manos la afiliación al PTP. En las afiliaciones hechas tuvo un peso importante la historia de luchas en común y el conocimiento de tantos años.
Al día siguiente seguimos proponiéndole afiliación a otras compañeras y todas a las que le propusimos aceptaron. Nos entusiasmamos tanto que vamos por toda la escuela. La mayoría de las nuevas afiliadas se suscribieron al hoy. Moraleja: las dudas y los pruritos los tenemos nosotros, compañeros.
