Allí nos juntamos para protestar por los siguientes puntos: Arbitrariedad y trato irrespetuoso por parte de las nuevas autoridades del Centro Cultural, hacia coordinadores, profesores y alumnos. Convocatoria a reuniones con profesores en horarios de trabajo, lo que restringe la asistencia de la mayoría de ellos. Desconocimiento de las características y de la producción de los talleres y un marcado desinterés por las sugerencias o pedidos de sus profesores. Destitución encubierta de profesores, que tuvieron que renunciar porque no alcanzaron un mínimo resarcimiento económico por su trabajo. Destitución abierta de profesores que reaccionaron ante los atropellos y las amenazas de las autoridades. No reconocimiento de la antigüedad laboral y la colaboración prestada por profesores a la institución, durante años, a la hora de concursar sus cargos. Burocratización de todos los trámites (inscripción y pago de alumnos, inscripción y cobro de profesores, solicitud de becas, etc.). Discriminación con un certificado de asistencia y de no aprobación de los talleres, a los alumnos becados (por sus profesores). Falta absoluta de difusión de los talleres, lo cual sumado al aumento del arancel ha reducido la matrícula a casi la mitad de la del año pasado.
Al acto asistieron la mayoría de los profesores del Centro Cultural con sus alumnos, y trabajadores no docentes del mismo. En total éramos unas 200 personas, que en una noche muy fría nos calentábamos con el entusiasmo de la lucha. Se recibieron adhesiones de estudiantes del Campus Universitario y de la Escuela de música popular que funciona en este centro. Después de las intervenciones de algunos compañeros, se cantó el Himno Nacional y se hizo un abrazo al Centro.
Al día siguiente nos recibió el rector de la UNGS, Dr. Eduardo Rinesi y asistimos unos 20 profesores, de los que entramos cinco a negociar. Se quedó en retrotraer parte de la situación a agosto del año pasado, cuando asumieron las nuevas autoridades y revisar las medidas intempestivas que se habían tomado, consensuándolas con el con el conjunto de los profesores. Como medida de distensión se extendió el plazo de presentación de proyectos para el segundo cuatrimestre, que había cerrado el viernes de la concentración, para que pudieran reingresar profesores que se habían ido de la institución por los motivos detallados anteriormente.
Se hizo una asamblea con el resto de los profesores al finalizar la reunión y se decidió dar una semana de tiempo para que el director interino del Centro designado por Rinesi para reemplazar a Rocco Carbone (de “viaje”), nos informara del plan que tiene la UNGS para con el Centro Cultural.
La metodología es la misma en todos lados: Doble discurso, autoritarismo y soberbia para imponer una política destinada a liquidar las disciplinas artísticas (el que quiera ser artista que se lo pague), para hacer lugar a carreras de grado que sirvan a los empresarios y al aparato estatal. Pero esta vez los profesores, estudiantes y demás trabajadores del Centro Cultural de la UNGS están dispuestos a no dejarlos hacer a su antojo, y lo están logrando. La lucha continúa.