La guerrilla maoísta de la India atacó a una brigada policial causándole diez muertos y tres heridos. La emboscada se produjo el viernes 10 de junio en el estado centro-oriental de Chhattisgarh. Los guerrilleros hicieron estallar una bomba al paso de un camión antiminas de la policía en el distrito de Dantewada.
El vehículo policial voló por los aires y enseguida los rebeldes abrieron fuego con armas automáticas.
La guerrilla maoísta de la India atacó a una brigada policial causándole diez muertos y tres heridos. La emboscada se produjo el viernes 10 de junio en el estado centro-oriental de Chhattisgarh. Los guerrilleros hicieron estallar una bomba al paso de un camión antiminas de la policía en el distrito de Dantewada.
El vehículo policial voló por los aires y enseguida los rebeldes abrieron fuego con armas automáticas.
Se trata del segundo ataque de la guerrilla maoísta contra las fuerzas represivas en apenas dos días. El día anterior, cinco policías murieron en un ataque de los revolucionarios en el distrito Naranpur, también en el estado de Chhattisgarh.
“Los policías murieron en un vehículo resistente a las minas; los maoístas los alcanzaron con una explosión muy potente cuando realizaban una misión de patrulla”, declaró alarmado el jefe de las operaciones contra la guerrilla revolucionaria en esa región.
Cazadores cazados
El estado fascista de la India inició hace algunos años una gigantesca operación denominada “Cacería Verde”, para aplastar a la resistencia guerrillera que crece bajo la dirección del Partido Comunista de la India (Maoísta) y goza del apoyo masivo de las comunidades tribales (adivasi) y campesinas de la selvática región central de la India. Monopolios imperialistas de diverso origen pretenden, con la complicidad y la ayuda efectiva del estado indio, expulsar a esas comunidades de las tierras que ocupan y trabajan desde hace siglos, para apoderarse de los recursos naturales –minerales, bosques y agua– que abundan en la región.
Chhattisgarh es la principal región de la insurrección maoísta y el distrito de Dantewada, en pleno corazón de la jungla, su bastión rebelde.
“La miseria absoluta y las condiciones de vida abismales en las que ha vivido una buena parte de la población adivasi de la India han sido complementadas con el incremento de la violencia estatal desde la apertura neoliberal en el marco político del estado indio a principios de los años ’90”, señalaba en 2009 una carta de 150 importantes intelectuales de Estados Unidos y otros países, entre ellos Noam Chomsky, David Harvey, John Bellamy Foster y Howard Zinn.
“Cualquier pequeño acceso que ha tenido el pobre a la selva, la tierra, los ríos, los pastizales, las cisternas de las aldeas y otros recursos de propiedad común ha estado bajo grandes ataques del estado indio a nombre de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) y otros proyectos de ‘desarrollo’ relacionados a la minería, el desarrollo industrial, los parques de informática, etc. …Urgimos al gobierno indio para que retire inmediatamente las fuerzas armadas y detenga los planes de realizar tales operaciones, que pueden desencadenar una guerra civil que ocasionará una miseria generalizada en los sectores más pobres y vulnerables de la población india y allanará el camino para el saqueo de sus recursos por las corporaciones”.
