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20 de julio de 2011

Urge frenar este acto de entrega a empresas imperialistas. Carpa y radio abierta frente al Congreso de la Nación el 10 de agosto.

Por un plan nuclear argentino independiente al servicio del pueblo

Hoy 1378 / Cuarta central nuclear con agua pesada en Neuquén

La Planta Industrial de Agua Pe-sada (PIAP), está ubicada en Arroyito, provincia del Neuquén y es la más grande de su tipo en el mundo. El agua pesada se utiliza en centrales nucleares que producen energía eléctrica. Hoy trabajan allí más de 400 personas, una de las pocas fábricas grandes de la provincia. Forma parte integral del Plan Nuclear Argentino que comenzó hace 61 años, fruto del cual tenemos las centrales Atucha I (desde 1974)y Embalse Río III (1982) produciendo, y Atucha II en construcción; y las fábricas de todo el ciclo combustible: agua pesada, dióxido de uranio, pastillas de uranio, tubos de presión.
Este plan nuclear tuvo como objetivo la independencia energética y la soberanía en beneficio del pueblo y la nación argentina.
El plan nuclear con el que se construyeron las centrales argentinas estableció relaciones con empresas extranjeras de forma de que se formaran técnicos y operarios argentinos, logrando hoy la construcción con un 80% de componentes nacionales y con la posibilidad de conseguir la patente al finalizar la próxima central.

 

Y los Kirchner…
A partir del 2009, el gobierno de los Kirchner abandona la defensa de este plan nuclear, y en el 2010 llama a licitación para construir una cuarta central nuclear “llave en mano” con uranio enriquecido como combustible y agua liviana, a la medida de los negocios con las empresas que representan a distintos imperialismos: el ruso (Rosatom), yanqui (Westinghouse), francés (Areva) y chino (Corporación Nuclear China). Tanto que De Vido se ha ocupado de hacer las gestiones diplomáticas y firmar los acuerdos con esos países para que pudieran participar de la licitación.
La central que pretenden construir tira por la borda la experiencia de 35 años, implica el cierre de la PIAP, corta de cuajo el desarrollo de la industria nacional en la materia y nos ata a la dependencia de los países imperialistas que se arrogan el derecho de decidir qué grado de desarrollo nuclear pueden tener los países del tercer mundo. Han impuesto severas sanciones económicas y hasta declaraciones de guerra a aquellos que osan enfrentarlos en este terreno.
En la Argentina esto está agravado por los tratados de Madrid firmados por Menem con los ingleses (donde el estado inglés tiene derecho de veto) y sostenidos por los Kirchner, que no nos permiten desarrollar tecnología que pueda servir al uso y equipamiento de las fuerzas armadas.

 

La continuidad laboral
El gobierno intenta meter la idea de que lo importante es trabajar así sea fabricando cucharitas. Este argumento es similar al de Martínez de Hoz, ministro de Economía durante la dictadura militar de 1976, que decía: “lo importante es producir, no importa si es acero o caramelos”. Con lo que encubrió la destrucción de la industria argentina, generando miles de despidos, y más dependencia. Con este argumento nos plantean que la salida es la construcción de la planta de fertilizantes, cuando hoy las industrias están paradas por falta de gas para producir (entre ellas nuestra planta)
Esta idea lleva a algunos compañeros a no ir a fondo en sostener la lucha por la cuarta central nuclear con agua pasada de la PIAP. La única garantía real de continuidad laboral para los trabajadores de la planta es luchando por un plan nuclear verdaderamente independiente al servicio de las necesidades del pueblo.

 

Nuestro camino
Entendemos que lo mejor para nuestro país es aprovechar la tecnología disponible en Argentina, construyendo la cuarta central con uranio natural y agua pesada, mientras avanzamos en el desarrollo independiente del enriquecimiento del uranio, con los reactores Carem, como se está trabajando hoy desde la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Ganar esta batalla es posible tomando la experiencia de lucha que tuvimos los trabajadores frente al desguace de la planta en el 2000, llegando hasta el corte de ruta; donde se logró la más amplia unidad, con el reclamo de la comunidad en defensa de la fuente laboral y todos los sectores patrióticos defendiendo la independencia energética y la soberanía tecnológica. Convocamos a todos a sumarse a esta patriada para frenar otro acto de entrega, con nuestro orgullo por el sector nuclear, basta de humillaciones a nuestra patria.
Por todo esto impulsaremos con fuerza la jornada de lucha el 10 de agosto con carpa y radio abierta frente al Congreso Nacional.