El 13 de diciembre de este año se conmemora el centenario del descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia. En 1922 se constituye la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales; y en abril de 1923 el gobierno le otorga plena autonomía administrativa bajo la dirección del coronel Enrique Mosconi, defensor de la industrialización y la autosuficiencia económica, que propuso que además de extraer petróleo refine y venda sus derivados.
Desde entonces estuvo planteada la lucha por la apropiación de la renta petrolera de nuestro país, entre los monopolios imperialistas y sus lacayos por un lado y los sectores patrióticos y antiimperialistas del otro.
Esta lucha se dio al compás de la disputa internacional por el control de los recursos energéticos no renovables. Este es un momento particularmente agudo de esa disputa como lo muestra la guerra e invasión de Irak, Afganistán, las amenazas a Irán, Bolivia y Venezuela.
En los ’90, tras el sinceramiento de la restauración capitalista en la URSS y el este europeo, y el predominio del llamado neoliberalismo, el imperialismo avanzó en el control de los resortes claves de la economía de los países dependientes a través de gobiernos entreguistas, como el de Menem en el nuestro.
La lucha de los pueblos alentada por la heroica resistencia del pueblo iraquí marcó un nuevo momento en esa disputa. En América Latina la lucha de los pueblos de Venezuela, Bolivia, el Argentinazo del 2001, se dieron para poner freno al saqueo imperialista. Sin embargo en nuestro país, a diferencia de Bolivia y Venezuela, el gobierno de Kirchner profundizó las políticas de entrega del menemismo. No sorprende, porque Néstor Kirchner en los ’90, siendo gobernador de Santa Cruz, encabezó el lobby de los gobernadores de las provincias petroleras para la privatización de YPF; y Cristina Kirchner presionó a la Legislatura santacruceña para que exigiera a sus diputados nacionales que votaran en ese sentido.
Desde el gobierno nacional Kirchner impulsó la creación de Enarsa, la ley de exención impositiva a los monopolios petroleros y la llamada “ley corta”. Con Enarsa se entregó la plataforma submarina a la explotación de los monopolios; y con la “ley corta” se provincializó los recursos energéticos facilitando el control imperialista sobre nuestras reservas de petróleo y gas. La ampliación de la concesión del yacimiento de Cerro Dragón, el más rico de nuestro país, hasta el 2047 es una muestra de ello.
Lo único nuevo del gobierno de Kirchner respecto del petróleo, es que a través de sus testaferros se va constituyendo en un importante empresario petrolero. De 16 áreas licitadas en Santa Cruz, 15 fueron otorgadas a Lázaro Báez y Cristóbal López; y están muy avanzadas las negociaciones entre el gobierno argentino, el gobierno español y Repsol YPF, para otorgarle el 25% de YPF de Argentina al banquero de Kirchner, Esquenazi.
La lucha del pueblo
Por eso es necesaria la más amplia unidad del pueblo argentino para la lucha por la reestatización de YPF y la anulación de los contratos entreguistas.
Hoy esa unidad se va gestando a través de movimientos como “Autoconvocados por la nacionalización del petróleo y el gas”, Cocepa, Moreno, Fetera-CTA, que vienen trabajando juntos desde el 2005 o multisectoriales como la de Santa Cruz que luchan contra la prolongación de las concesiones impulsadas desde el gobierno.
También en el seno de los trabajadores petroleros se da una aguda lucha entre los jerarcas sindicales al servicio de los monopolios y los trabajadores que enfrentan la superexplotación y la entrega.
En ese marco este 13 de diciembre se van a realizar actos en Comodoro Rivadavia, Neuquén, Rosario y Capital Federal.
02 de octubre de 2010
