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28 de julio de 2011


Siria: nuevo viernes de ira

Hoy 1379 / Rebelión popular en los países árabes

El 22 de julio se convirtió en otro “viernes de ira” en Siria. Cientos de miles de personas en varias ciudades del país ganaron la calle después de la oración para manifestar contra el régimen dictatorial de Bashar Assad. En Homs, Latakia y Derá, y en la provincia de Deir el Zour, se corearon consignas contra el gobierno y se volvió a exigir la renuncia de Assad.

El 22 de julio se convirtió en otro “viernes de ira” en Siria. Cientos de miles de personas en varias ciudades del país ganaron la calle después de la oración para manifestar contra el régimen dictatorial de Bashar Assad. En Homs, Latakia y Derá, y en la provincia de Deir el Zour, se corearon consignas contra el gobierno y se volvió a exigir la renuncia de Assad.
Por primera vez se incorporaron a las protestas muchos integrantes de la oprimida minoría kurda que lucha contra su discriminación. En Kamishli (nordeste), donde son mayoría, la policía los reprimió con palos y gases lacrimógenos dejando decenas de heridos.
Como en muchas de las movilizaciones que se suceden desde marzo, el centro de los reclamos democráticos fue la ciudad de Homs, en el centro del país y al norte de la capital Damasco. Allí la gente fue baleada desde carros blindados; al menos cinco personas fueron asesinadas y muchas fueron detenidas. El gobierno llenó la ciudad de puestos de control del Ejército. Hubo allanamientos e intensos tiroteos en el distrito de Bab Sbaa.
Desde marzo se estiman en 1.500 los muertos por la represión gubernamental; es difícil saberlo porque Assad expulsó a todos los medios de prensa extranjeros para que no trasciendan las movilizaciones y para asegurar la impunidad de la represión.
El movimiento democrático le arrancó varias concesiones -derecho de ciudadanía a kurdos, levantamiento del estado de emergencia que regía desde hace más de 30 años, liberación de presos políticos-, pero desde el inicio desató una brutal represión con el envío de tropas y tanques a numerosas ciudades y pueblos, arresto de miles de personas.
Assad está decidido a garantizar que el pueblo de Siria no pueda coronar el camino liberador que iniciaron a comienzos de este año muchos pueblos árabes y especialmente Egipto. Pero el pueblo también está decidido a cobrarle sus muertos y sacarse de encima su dictadura.