Mientras desarrollamos la campaña electoral, en la ciudad de Casilda, acompañando a la candidata a presidenta por el Movimiento Proyecto Sur
Alcira Argumedo, entrevistamos a
Ana Galmarini, candidata a primer diputada nacional por Proyecto Sur, dirigente del Movimiento de Mujeres en Lucha.
—¿Cómo está la campaña?
Mientras desarrollamos la campaña electoral, en la ciudad de Casilda, acompañando a la candidata a presidenta por el Movimiento Proyecto Sur
Alcira Argumedo, entrevistamos a
Ana Galmarini, candidata a primer diputada nacional por Proyecto Sur, dirigente del Movimiento de Mujeres en Lucha.
—¿Cómo está la campaña?
—Hemos salido muy fortalecidos con los resultados provinciales, más de 60.000 votos han acompañado nuestra propuesta consagrando a nuestro primer candidato Carlos del Frade como diputado provincial, superando largamente el piso exigido del 3% de los votos válidos para entra en el reparto. Si fuera estrictamente proporcional el reparto, en realidad nos hubieran correspondido dos diputados.
Pero no fue suficiente, porque la Corte Provincial Electoral, elegida por Carlos Reutemann (al punto de ser presidida por su primo político), ha resucitado una ley de la dictadura y pretende despojarnos de lo que nos corresponde.
Mirá lo que son las ironías de la vida. Acostumbradas a luchar siempre, ahora hasta lo que obtenemos en las urnas tenemos que salir a pelearlo en las calles.
Pero soy optimista, porque más de dos mil personas nos acompañaron en una gran marcha, con adhesiones de todo el arco político santafesino, desde los distintos sectores del peronismo y el socialismo hasta el PO y muchísima gente independiente. Han quedado muy aislados políticamente y a la vez damos la batalla legal.
En lo que refiere a esta campaña nacional, es muy corta, está todavía muy fría y vuelven a cambiar la forma de las elecciones. Los cristinistas en mayor medida, y también los socialistas, salieron golpeados de las anteriores y Del Sel no tiene candidato oficial en ésta, aunque apoya sin disimulo a Duhalde.
Nosotros estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para coronar la “patriada”, como dice Alcira, de lograr superar la trampa del 1.5% provincial y el mayor aporte al 1.5% nacional, para que tengan voz los que no la tienen, los que luchan.
—¿Cuál es tu tema preferido en campaña?
—Prefiero hablar de lo que más conozco, el campo. De cómo el modelo de los Kirchner ha profundizado la concentración, la extranjerización de la producción. De cómo es un crimen que produzcamos en la provincia alimentos para mas de 400.000.000 de personas y haya gente que acampa 20 días para poder comer y tener un trabajo digno.
En los años ‘90 con Menem, no había rentabilidad, tuvimos que hipotecar nuestros campos para seguir trabajando, nos ejecutaban las deudas y teníamos que salir a parar los remates como podíamos. Ahora hay rentabilidad, hay precios extraordinarios, hay cosechas récord y la política de los Kirchner hacia el campo, disfrazada de pseudo progresista, igual nos echa del campo a 60.000 pequeños y medianos chacareros. Es un problema estructural por la dependencia de nuestro país y la concentración latifundista.
Y por eso mismo hablo de la tierra, de su uso y tenencia, de su propiedad, porque vos viste cómo se oculta el tema y cómo cada vez que se lo toca cuesta sangre. Sangre del pueblo, de criollos y de originarios, cada vez que se toca la tierra urbana o rural, como en Libertador, cuatro muertos, en La Primavera tres, Mártires López en el Impenetrable o en el Indoamericano.
En el siglo 19 se llegó al máximo de la concentración de la tierra y se establecieron las estancias como modelo productivo. En el siglo 20 y sobre todo de 1930 al 1946 como producto de las luchas y el gobierno peronista, hubo leyes de colonización, hubo regulación con la Junta Nacional de Granos, de Carne, del algodón… Así se pudieron establecer 95.000 nuevas explotaciones agropecuarias pequeñas y medianas. Pero en los últimos 20 años desaparecieron esas políticas y desaparecieron 160.000 productores (100.000 con Menem, y 60.000 con De la Rúa y los Kirchner) según los censos del propio gobierno.
Un inmenso mar verde de soja, pero agricultura sin agricultores. Por eso hablo de los proyectos contra la extranjerización de la tierra, el plan arraigo de la juventud agraria.
—¿Qué te decidió a aceptar la candidatura?
—Que hemos conformado un frente con fuerzas con las que hemos estado muchas veces en la lucha en los últimos años, donde se pueden articular también muchos movimientos sociales. Con los que compartimos causas grandes como la denuncia de la deuda externa, la defensa de los recursos energéticos y la industria nacional, la soberanía nacional, etc.
Y es una candidatura que me permite continuar la lucha en todos los terrenos. Acordate que cortamos el puente Rosario-Victoria en plena campaña electoral, defendiendo a los productores de cerdo, avasallados por la invasión de cerdos faenados de Brasil, el mismo día que la CCC cortaba la Circunvalación y mantenía su acampe.
Vamos por la batalla de la última semana por el 1,5% en una situación cada vez más favorable para los sectores populares. Vale la pena el esfuerzo que hagamos.