El pueblo de Jujuy, durante la semana pasada ha puesto de relieve la situación de hacinamiento y abandono en la que viven miles de familias trabajadoras. Mostró el 60% que vive bajo la línea de pobreza, los 120.000 que viven con subsidios y los 26.000 que tienen empleos informales. Ni las amenazas ni los rumores han podido frenar por estos días las ocupaciones de tierra y viviendas (a medio construir y sin otorgar a sus adjudicatarios, convertidas en instrumento de presión preelectoral).
El pueblo de Jujuy, durante la semana pasada ha puesto de relieve la situación de hacinamiento y abandono en la que viven miles de familias trabajadoras. Mostró el 60% que vive bajo la línea de pobreza, los 120.000 que viven con subsidios y los 26.000 que tienen empleos informales. Ni las amenazas ni los rumores han podido frenar por estos días las ocupaciones de tierra y viviendas (a medio construir y sin otorgar a sus adjudicatarios, convertidas en instrumento de presión preelectoral).
Es que los jujeños han tomado muy en serio las palabras del gobernador Barrionuevo del “lote para todos” y las promesas de terratenientes que “donan” migajas, temerosos de las expropiaciones. El pueblo, desconfiado de esas promesas, prefiere tomar en sus manos su propio drama y garantizar con las ocupaciones su propia parcela de tierra o vivienda postergada, hasta que los papeles estén en sus manos. Y cuando no hay respuesta de las autoridades, el corte de ruta vuelve a imponerse.
Barrionuevo “agarrado de las orejas”
Durante la semana pasada, la empresa Ledesma y los medios de comunicación afines al gobierno, intentaron generar pánico en la población, y desactivar los acampes y ocupaciones. En la empresa Ledesma hicieron circular entre los obreros un documento, especie de declaración jurada extorsiva, contra aquél que ocupe tierras o participe de las ocupaciones. En una semana los compañeros contabilizaron 17 despidos de trabajadores de la fruta de Ledesma.
Pero la multitudinaria marcha a Libertador del 10/8, desde distintos puntos de la provincia, pareció avivar el fuego del reclamo y se comenzaron a fortalecer los acampes y ocupaciones con corte.
En Alto Comedero, barrio populoso de San Salvador de Jujuy, cientos de familias salieron a ocupar casas a medio terminar (varias de ellas preadjudicadas) y terrenos; y por momentos, con cortes de ruta de varias horas. En la localidad de Fraile Pintado, unas 25 familias mantenían un corte de ruta en el acceso al pueblo. Su reclamo era al intendente de esa localidad para que haga efectiva la donación cinco hectáreas que hizo la familia Bracamonte (terratenientes que tienen 24.544 has.) en esa localidad, para “lavar” la gran evasión impositiva y frenar las expropiaciones.
Perico es una de las localidades “sitiadas” por estos días. Unas 8 mil familias tomaron terrenos y viviendas, a partir del “lote para todos”. Son tomas sólidas, donde las familias salen a dar apoyo logístico a los ocupantes, y generan un movimiento permanente de 30 mil personas que asisten a sus familiares con comida y bebida. En Perico, luego de la promesa del gobernador, en una hora se tomaron 500 viviendas que estaban sin otorgar. Muchas de esas casas, utilizadas en la especulación electoral, ya estaban preadujudicadas, pero hasta funcionarios y punteros tuvieron que salir a ocuparlas para de este modo “garantizar” las viviendas para su campaña. Ante la falta de garantías, los preadjudicatarios salieron durante varios días a cortar los principales accesos a la ciudad.
Como parte de este proceso, también salieron arrendatarios: toman tierras en Perico, pero lo que ocupan tampoco es suficiente para la producción. En esta localidad tiene gran protagonismo el Sieom, Sindicato Independiente de Empleados y Obreros Municipales, que acompaña a los trabajadores que ocupan viviendas.
“Que nos dé el lote para todos y después que se vaya”, dicen embravecidos los habitantes en las asambleas. A diferencia de sectores que por estos días pedían la intervención del gobierno nacional o la destitución del gobierno provincial, la gente dice “a éste lo tenemos agarrado de las orejas, que nos dé el lote que necesitamos y después que se vaya”.
