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31 de agosto de 2011

Lo impuso el pueblo en las calles, con las asambleas ambientales: los legisladores votaron negativamente al proyecto minera San Jorge.

Un triunfo contra la megaminería

Hoy 1384 / El pueblo de Mendoza, custodio de la Cordillera

Hemos relatado en estas páginas varias veces la incansable lucha del pueblo de Mendoza contra la megaminería saqueante y contaminante. Han proliferado en la provincia formas organizativas específicas que se conocen como “Asambleas del Agua”. La organización ha crecido no sólo en Mendoza, sino en varias provincias linderas a la Cordillera de Los Andes en las cuales se pretende imponer el modelo minero que sustenta el gobierno de la Nación (vetó la ley de glaciares y ha convertido en su delfín para este tema a Gioja de San Juan).
En Mendoza las asambleas han puesto el objetivo principal en impedir la apertura de la mina de cobre y oro llamada San Jorge. Todas las asambleas de la provincia reclaman lo mismo: No a San Jorge y como objetivo político pusieron que sea tratada la Declaración de Impacto Ambiental por la Legislatura antes de las elecciones de octubre.
El justicialismo K que gobierna la provincia, lleva como candidato a gobernador un abogado de esta empresa minera, al que el pueblo ha bautizado Paco “Cianuro” Pérez. Es tanta la presión ejercida por una inmensa mayoría del pueblo sobre este tema, que se fue convirtiendo en eje de la campaña.
Los radicales que quieren diferenciarse de Pérez maniobraron y fueron acorralando a la bancada K para su tratamiento. Casi sin anunciarse, y como cadena de malos entendidos, el candidato K se presenta el miércoles 25 y les pide a los legisladores del bloque que voten en contra. La Legislatura había comenzado a llenarse de público que presenciaba asombrado la fractura en los sectores dominantes y la sorpresiva votación por unanimidad del rechazo a San Jorge. Los medios daban cuenta del enojo del gobernador Jaque (K).
Este hecho da una idea del rechazo generalizado del pueblo mendocino a la megaminería.

 

General Alvear: El pueblo sabe de qué se trata
En junio de 2007 nos sentimos escribiendo la historia con nuestros cuerpos palpitando quince días en las rutas. La Legislatura mendocina no tuvo alternativa: supo que aprobaba la Ley 7722 que prohíbe el uso de sustancias tóxicas en los procesos mineros o, como dijimos en la solicitada (18 de junio de 2007) al entonces gobernador Julio Cobos y a los senadores y diputados de Mendoza: “General Alvear les solicita que esta semana aprueben la ley. El estallido social del pueblo es responsabilidad de ustedes”.
Esa conquista no nos aquietó. El gobierno y los empresarios mineros avanzaron con artilugios y estrategias haciendo caso omiso de la ley. Lejos de confundirnos apostamos a la organización y a la lucha. Salimos de todos los rincones de la provincia y fuimos encontrándonos y estamos siendo miles.
El miércoles 24 de agosto de 2011, a las 19 hs., repentinamente, y pretendiendo sacar provecho del clima electoral, la Legislatura de Mendoza sesiona para tratar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del Proyecto Minero San Jorge. Los diarios digitales afirman que será rechazada. Media hora más tarde estamos en el kilómetro cero de Alvear (a 330 kilómetros de la ciudad de Mendoza) agitando alegría. El pueblo pudo una vez más. El jueves 25, se armó una pequeña caravana improvisada al anochecer y una caminata por la avenida principal, para abrazarnos al cobijo de “el pueblo unido jamás será vencido”. No es el fin de la lucha ni mucho menos pero es una nueva conquista. Lo evidencia el voto por unanimidad de los legisladores mendocinos ya que sin negar la convicción de algunos de ellos, la mayoría ha esgrimido permanentemente argumentos en sentido contrario a los fundamentos de nuestra lucha.
En estos últimos cuatro años el pueblo mendocino tomó las calles, las rutas, las fiestas populares, la Legislatura y finalmente se constituyó en una fuerza capaz de arrancar a los diputados el No al proyecto minero San Jorge. Agitarán banderas populares y ambientalistas unos y otros por aquí y por allá. No nos dejamos engañar. Estamos de pie. Desde Alvear, pequeño oasis del llano sureño hasta el hermoso valle de Uspallata, los pueblos mendocinos como tantísimos pueblos de nuestra América nos hemos convertido en custodios de la cordillera. Y nos encontrarán de a miles cada vez que la rapiña trasnacional de los imperialismos y sus entregadores locales amenacen sus entrañas. 
Corresponsal