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31 de agosto de 2011

De una nota del Foro de la Deuda Externa Argentina extractamos estos párrafos referidos a cómo el concepto de la deuda odiosa ha sido usado por los Estados Unidos en sus disputas interimperialistas, mientras que se lo niega a los países oprimidos que realmente quieren independizarse.

La historia de la deuda odiosa

Hoy 1384 / El doble discurso de los imperialistas

Alexander Sack había sido ministro y especialista de leyes en la Rusia zarista. Después de la Revolución en 1917, daba clases en universidades en Europa y Estados Unidos. En 1927, se le ocurrió una idea brillante: el concepto de la deuda odiosa. Con el fin de identificar si una deuda es odiosa, son necesarios tres requisitos previos:
1. El gobierno del país recibe un préstamo sin el conocimiento y la aprobación de los ciudadanos.
2. El préstamo se destina a actividades no beneficiosas para el pueblo.

Alexander Sack había sido ministro y especialista de leyes en la Rusia zarista. Después de la Revolución en 1917, daba clases en universidades en Europa y Estados Unidos. En 1927, se le ocurrió una idea brillante: el concepto de la deuda odiosa. Con el fin de identificar si una deuda es odiosa, son necesarios tres requisitos previos:
1. El gobierno del país recibe un préstamo sin el conocimiento y la aprobación de los ciudadanos.
2. El préstamo se destina a actividades no beneficiosas para el pueblo.
3. El prestamista está informado de esta situación pero se hace el tonto.
Las propuestas de Sack suenan progresistas, hasta revolucionarias. En realidad, en aquella época, sirvieron a los intereses de una superpotencia emergente: los Estados Unidos de América. Los Estados Unidos se vieron en la necesidad del concepto de la “deuda odiosa” en el año 1898, cuando ganaron la guerra hispano-estadounidense y anexionaron Cuba. Su problema era que, junto con Cuba, adquirieron la deuda contraída por el régimen colonial español. Y, dado que el colonialismo español había durado cuatro siglos, desde 1492, cuando Colón puso pie en América, hasta 1898 la deuda era “ligeramente” elevada. Por supuesto, los Estados Unidos no tenían ninguna intención de pagar por los errores de regímenes anteriores. Entonces decidieron que la deuda de Cuba era odiosa y, por lo tanto, se negaron simplemente a pagarla. Lo mismo había sucedido en México unas décadas antes. Cuando los republicanos derrocaron al emperador Maximiliano I decidieron que su deuda era odiosa. Maximiliano había pedido enormes sumas de dinero (principalmente a sus mandantes franceses) a tasas de interés excesivamente altas para hacer frente a la sublevación contra él. Y ya que debía mucho a sus prestamistas (pero sobre todo al pueblo de México) fue condenado a muerte y fusilado.
La mayoría de los casos de deuda odiosa a finales del siglo 19 y principios del siglo 20, afectaba a los países subdesarrollados en el continente americano (endeudados con las potencias europeas). En realidad, detrás de todas las decisiones sobre el cese de pagos, se encontraba una superpotencia emergente: los Estados Unidos de América. Y esta misma superpotencia trajo el concepto de la deuda odiosa al siglo 21.

 

La invasión a Irak
En diciembre de 2002, la Casa Blanca daba los últimos toques a la planeada invasión y ocupación de Irak. Pero antes de iniciar el ataque los oficiales estadounidenses se preparan para el día después de la caída de Saddam Hussein. El Departamento de Estado sabe que tendrá que lidiar con la enorme deuda nacional de Irak. Por eso quiere demostrar que esa deuda es odiosa. Forma un destacamento de fuerzas secretas y propone que el primer gobierno provisional de Irak declare el cese de los pagos debidos con el pretexto de que el pueblo iraquí no deba pagar la deuda odiosa contraída por el régimen iraquí.
Así, George W. Bush instruyó al ex secretario de Estado, James Baker para convencer a la comunidad internacional de que la deuda de Irak era odiosa. Y Baker afirmó que Saddam Hussein malgastó el dinero de su pueblo en la construcción de palacios y la compra de armas. Entre otras cosas los diplomáticos estadounidenses demostraron que Irak debía miles de millones de dólares a Francia y Rusia, por la compra de misiles Exocet y aviones de combate como el Mirage F1 y MiG.
Como dice Eric Toussaint, presidente del Cadtm: En marzo de 2003, los Estados Unidos y sus aliados invadieron Irak. Tres semanas más tarde, el secretario del Tesoro de Estados Unidos convocó a una cumbre de homólogos del G-8 en Washington, y anunció que la deuda de Hussein era odiosa. Dijo: “El régimen de Hussein es dictatorial y su deuda debe ser rechazada (…) El nuevo Gobierno de Irak debe estar libre de la deuda de Hussein”.
Finalmente los otros países (que eran las potencias socias-rivales más afectadas, particularmente Francia y Rusia) dijeron: “Vamos a reducir la deuda de Irak en un 80% a través del Club de París”. Pero el concepto de deuda odiosa no debe ser utilizado oficialmente porque otros países podrían reclamar este derecho. Por ejemplo: “El Congo rechazará la deuda de Mobutu”; “Las Filipinas se negarán a pagar la deuda de la dictadura de Marcos”, y “Sudáfrica se negará a pagar la deuda del régimen del apartheid”. Para evitar la extensión del concepto de deuda odiosa en el siglo 21 llegaron a una decisión ad hoc sobre Irak. Sin embargo, para nosotros es obvio que la doctrina de la deuda odiosa fue utilizada.