Como docentes y seres humanos repudiamos enérgicamente la violencia ejercida contra el docente y director de la escuela de Pergamino, que fue brutalmente agredido en el día de ayer.
Entendemos que la DGCyE, como garante de la seguridad de los docentes y alumnos en las escuelas, debe arbitrar los medios para que hechos como éstos no ocurran más.
Como docentes y seres humanos repudiamos enérgicamente la violencia ejercida contra el docente y director de la escuela de Pergamino, que fue brutalmente agredido en el día de ayer.
Entendemos que la DGCyE, como garante de la seguridad de los docentes y alumnos en las escuelas, debe arbitrar los medios para que hechos como éstos no ocurran más.
Hay una agresividad creciente contra los docentes, en hechos que a veces parecen menores y no se denuncian, pero que entrañan un peligro latente, y en el caso éste ha llegado a su máxima expresión.
No se puede caer en el facilismo de culpar a los jóvenes o a los padres, cuando desde los estamentos del poder se alienta la falta de respeto, la intolerancia, el enfrentamiento y la agresión verbal.
Tampoco el sistema tiene en cuenta la prevención de adicciones y el tratamiento integral de la salud de los niños, los jóvenes y sus familias.
Las escuelas no cuentan con la cantidad de personal necesario para la atención adecuada de los alumnos: gabinetes, bibliotecarios, ayudantes de Laboratorio, preceptores por curso, secretarios, vice directores, regentes, etc. Esto conspira contra la jerarquización de la escuela pública.
Tampoco desde la DGCyE se alientan políticas de relación entre la escuela y la comunidad, en una situación donde se hace imprescindible estrechar esa relación para entender los problemas que son comunes y permita a la comunidad sentir la escuela como propia.
Todo indica que, con la profundización de la crisis, estas situaciones se van a repetir y entendemos que los gremios docentes deben estar a la cabeza del reclamo por las condiciones de trabajo de los docentes y de aprendizaje de los alumnos, exigiendo a la DGCyE que tome las medidas necesarias para salvaguardar la integridad física y mental de los docentes y alumnos a su cargo.
Frente a hechos como éste, la Ctera debería haber convocado a un paro nacional, pero ante este preocupante silencio, entendemos que lo que corresponde es adherir al paro convocado por la Federación de Educadores Bonaerenses.
Ante la noticia del paro, los docentes se sintieron inmediatamente consubstanciados e impulsados a realizarlo.
Una vez más, lamentamos los hechos ocurridos, nos solidarizamos con el director agredido y su familia y esperamos sinceramente que la respuesta del paro el día 29 sirva de freno a este tipo de situaciones.
