La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) tiene como principal objetivo contribuir a la paz y a la seguridad en el mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones. A través de la Conferencia General, eligen la cantidad de representantes de todos los Estados miembros de la organización, y quiénes la componen. Se reúne cada dos años, y cada Estado miembro tiene un voto, independientemente de cuál sea la envergadura o la importancia de su aporte al presupuesto.
La última votación sobre la admisión de Palestina se realizó el 31 de octubre de 2011, al cabo de una votación nominal que arrojó 107 sufragios a favor -entre éstos los países árabes, la inmensa mayoría de latinoamericanos y varios europeos como Francia-, 52 abstenciones y 14 en contra, entre éstos Israel y Estados Unidos.
Estados Unidos no solo votó en contra, sino que además decidió suspender sus aportes a la organización, donde aportaba el 22% del presupuesto bianual de la agencia, es decir, 653 millones de dólares.
Estos hechos dejan en evidencia la “democracia” imperialista, que utiliza a los organismos internacionales a su servicio, y sólo lo reivindican cuando toman medidas para su conveniencia.
