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22 de diciembre de 2011

Luego de la movilización multisectorial que marchó de Congreso a Plaza de Mayo.

Documento conjunto leido en Plaza de Mayo

20 de diciembre de 2011: A 10 años del Argentinazo

A 10 años, ¡viva la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre del 2001!

• No al tarifazo y ajuste del gobierno K

• Paritarias libres, sin topes salariales. La huelga es un derecho, no una extorsión

• Cierre de las causas, anulación de las condenas y libertad a los luchadores. Basta de asesinatos, castigo a los culpables. No a la Ley Antiterrorista.

• Que la crisis la paguen los grandes capitalistas, banqueros y terratenientes, no los trabajadores y el pueblo

 

A 10 años, ¡viva la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre del 2001!

• No al tarifazo y ajuste del gobierno K

• Paritarias libres, sin topes salariales. La huelga es un derecho, no una extorsión

• Cierre de las causas, anulación de las condenas y libertad a los luchadores. Basta de asesinatos, castigo a los culpables. No a la Ley Antiterrorista.

• Que la crisis la paguen los grandes capitalistas, banqueros y terratenientes, no los trabajadores y el pueblo

 

Hoy, 20 de diciembre de 2011, nos sobran los motivos para marchar a esta Plaza de Mayo. El primero es reivindicar a diez años la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001. Fue una extraordinaria movilización que respondió a la bancarrota del país y, desafiando al Estado de Sitio, se sacó de encima al gobierno ajustador y fondomonetarista de De la Rúa-Cavallo. Con la  consigna  “que se vayan todos”, puso en  cuestión  el  régimen  político  hambreador, condensando las luchas previas de la última década, de trabajadores ocupados y desocupados, puebladas y todas las batallas que se libraron contra el menemismo. Reivindicamos, también, a los  36 compañeros que en esas jornadas,  cuando todo un pueblo salió a las calles, cayeron bajo las balas de la represión policial que ordenó el gobierno de De la Rúa, quien aún permanece impune.

La masividad del movimiento piquetero, las asambleas populares y cacerolazos, el comienzo del proceso de fábricas recuperadas por los trabajadores y la irrupción en la escena social de los jóvenes dejaron profundas huellas en la experiencia  y la  conciencia del  pueblo.

Por esto, a 10 años decimos bien fuerte: ¡viva la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001!

 

Sin embargo, no estamos acá solamente para rememorar el 2001. Hoy, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner impulsa un nuevo ajuste contra el pueblo trabajador de nuestro país. Durante ocho años, el gobierno subsidió a las privatizadas, que siguieron embolsando el precio internacional –sin invertir un centavo-, al tiempo que presionaron a la baja los salarios –con el argumento de que “los servicios son baratos”. Ahora, cuando la crisis capitalista azota nuestro continente y el mundo entero, pretenden que sea el pueblo el que pague la cuenta. Es, de hecho, la “receta” que está estallando en Europa. El discurso oficial sobre la “gradualidad” y “equidad” del ajuste no resiste el mayor análisis. Ya aumentaron las tarifas de gas y luz, los impuestos y tasas municipales… ¿de qué renuncia voluntaria hablan? ¡Qué renuncien las privatizadas, los banqueros, las mineras, las petroleras, las automotrices, los pulpos  del  negocio agroalimentario, a sus subsidios, beneficios fiscales, préstamos con la plata de los jubilados! Cabe  señalar que este ajuste no es patrimonio únicamente del gobierno nacional: los  gobernadores saludan el “sinceramiento”, y aplican sus incrementos de ABL, transporte o electricidad en sus provincias, como lo hace Macri en la Ciudad de Buenos Aires.

 

Más se congracia Cristina con los banqueros y la UIA, más ataca a los trabajadores y sus organizaciones. Para llevar adelante el ajuste –cínicamente denominado “sintonía fina”-, el gobierno  se propone avanzar sobre los derechos  de la clase obrera. Las palabras de la Presidenta en su discurso de asunción fueron un contundente ataque a los trabajadores y su derecho a la huelga. En esta Plaza del 20 de diciembre, denunciamos los dichos de Cristina como  una  cerrada defensa  de los intereses de los patrones del país. En contraposición, reivindicamos incondicionalmente el derecho de los trabajadores a pelear por sus condiciones de vida mediante la huelga, los piquetes y todos los medios de lucha que puedan disponer, mucho más en una etapa en la que se disputa quién paga los costes de la crisis.

 

El ajuste requiere de otro elemento: los topes salariales. El gobierno ya anunció su intención de que los “acuerdos” no superen el 18%, lo cual ya ha sido aceptado mansamente por las burocracias de varios gremios. Denunciamos que la política de los topes refuerza el ataque al pueblo trabajador, mucho más cuándo el tarifazo  acelerará la espiral inflacionaria.

Ya comenzaron  los adelantos  de vacaciones, los  despidos  y suspensiones en diversas industrias, principalmente automotrices, de la  alimentación  e  indumentarias.  Rechazamos la política de “enfriamiento” K, porque sólo implica una carga sobre las familias obreras, y reclamamos paritarias libres, sin techos de ningún tipo. A los planes del gobierno, que solo buscan preservar la ganancia del capital, oponemos nuestra exigencia: prohibición de despidos y suspensiones y reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.

La única alternativa para proteger el bolsillo popular es establecer el salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, indexado según la inflación real.

Exigimos  también la  eliminación del impuesto  a las  ganancias en los salarios, el  82% móvil para los jubilados, el aumento de todos los  programas  sociales  y de las  asignaciones familiares, la  eliminación  del IVA a los   productos  de la  canasta familiar.

Denunciamos  hoy también  la  política  del gobierno que,  detrás  de  un supuesto  discurso “nacional y Popular”,   entrega nuestros recursos naturales y patrimonio nacional, habilita la depredación ambiental por parte de  las empresas imperialistas y paga la deuda externa usurera y fraudulenta.

 

La política  de ajuste va acompañada  de  la criminalización de la protesta social, que este gobierno profundizó, al punto de llegar en la actualidad a la cifra de más de cinco mil compañeros encausados, y la existencia  de presos políticos.

Exigimos  la  inmediata   libertad de  Carlos Olivera, dirigente del  SITRAIC, del delegado  petrolero de Santa  Cruz  Víctor  Oñate, de los  compañeros sin techo  de  Jujuy Mario  Tapia y  Aldo  Claro,  y la  militante  política  e  hija  de desaparecidos Karina Germano.

Los destinatarios selectos de la persecución penal son trabajadores ocupados  y  desocupados, delegados, comisiones internas y dirigentes políticos, estudiantiles y sociales, comprometidos con los justos reclamos que exigen la  resolución de las necesidades populares.

A los miles de procesados, como los delegados de Fate, SUTNA San Fernando, Hospital Garrahan, Sindicato Ceramistas de Neuquén, Paty, Subterraneos, Teleperformance, Adosac y Petroleros de Santa Cruz, como los dirigentes del movimiento de desocupados Oscar Kuperman y Juan Carlos Alderete, como Diosnel Peréz y Luciano Nardulli de la lucha por tierra y vivienda, se suman día a día nueva causas y  se reabren otras.  

Es el caso del dirigente ferroviario Rubén Pollo Sobrero, opositor  a  la  burocracia de  Pedraza, cuya  liberación fue conquistada  por   la  inmediata  movilización popular. De los compañeros de la Comisión Interna   y los dirigentes  de  la lucha de Kraft Terrabusi Javier Hermosilla, Ramón Bogado, María  Rosario  y Lorena  Gentile,  así  como dirigentes  políticos  como  Vilma  Ripol y  Néstor  Pitrola,  por  el hecho de   solidarizarse con  su  lucha del 2009.

Esta Plaza dice, nuevamente: cierre de las causas,  anulación de las condenas,  libertad a  los presos  políticos

Denunciamos  que, entre  gallos y medianoche, la  Cámara  de  diputados dió media  sanción al proyecto  de ley  antiterrorista  enviado por el poder  ejecutivo, a  Instancias  del  GAFI. El gobierno se propone hacerlo aprobar antes de fin de año en senadores.  Este  proyecto es un nuevo instrumento para profundizar la criminalización de los luchadores.

La represión a la protesta social no se da únicamente “con el código penal en la mano”, según impulsara públicamente el ex ministro de Duhalde y los Kirchner, actualmente Senador, Aníbal Fernández. Por un lado, están las decenas y decenas de represiones directas contra luchas obreras y populares, que desmienten el discurso oficial, y han llegado a cobrarse vidas, como hace un año en el Indoamericano, donde actuaron juntas la Federal y la Metropolitana,  y en  Formosa contra   los pueblos  originarios  Qom, o más recientemente en  la  ocupación de  tierras  de los  Blaquier, en Ledesma, Jujuy. Mantenemos bien alta nuestra bandera: juicio y castigo por los muertos de la lucha popular.

 

Por otro lado, bajo el gobierno K se incrementó sustancialmente la “tercerización de la represión”, utilizando para ello a patotas paraestatales o de la burocracia sindical. Este 20 de diciembre no podemos dejar de recordar que fue Kirchner en 2002, cuando era gobernador de Santa Cruz, el que envió una patota para reventar la asamblea popular de su provincia, como lo volvió a hacer reiteradamente Peralta contra los docentes y petroleros. Las patotas se “movieron” todos estos años con el ámparo del poder político, atacando a los trabajadores que se organizan en forma independiente de la burocracia sindical, como en el Hospital Francés, el Casino o la línea 60, por nombrar tan sólo tres ejemplos. Macri recurre al mismo método, como lo  pueden afirmar  los docentes  porteños, que  recientemente  sufrieron el  ataque  de  sus  patotas, amparadas en el silencio cómplice del Kirchnerismo cuando se manifestaron frente a la legislatura  porteña  contra la eliminación de las Juntas de Calificación,     

El asesinato de Mariano Ferreyra fue llevado a cabo por patotas que siguieron las órdenes directas de la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria (Pedraza y Fernández), y actuaron en la zona que las Policías Federal y Bonaerense liberaron. No podemos dejar pasar, en esta movilización, las presiones públicas de los abogados de Pedraza y su patota por la excarcelación antes de fin de año. La movilización popular llevó a estos asesinos a la cárcel; seguimos exigiendo que no salgan, y que se los juzgue y condene a perpetua.

Como lo hicimos con Carlos Fuentealba y Lazaro Duarte, exigimos  justicia   por  los chicos de  Bariloche Diego Bonefoi, Nicolás Carrasco y Sergio  Cárdenas, por  Mariano  Ferreyra, por  Roberto López  y Mario López de  Formosa, por  Mártires López de  Chaco,   por  Bernardo  Salgueiro, Rosemary Chura  Puña y  Emilio  Canavari  del Indoamericano, por  Ariel  Farfán, Félix Reyes, Juan  Velázquez  y Alejandro  Farfán  de  Jujuy, por  Cristian Ferreyra  de Santiago  del  Estero.

 

A la criminalización y represión de la protesta se suma el ataque a las organizaciones de trabajadores. Rechazamos la quita de la personería gremial a APTA que impulsó el gobierno. Los responsables del sabotaje y vaciamiento de Aerolíneas no son sus trabajadores, sino Marsans, la Secretaría de Transporte, la camarilla estatal actual que gerencia, y la burocracia de los gremios, que acompañó todo este largo proceso.

El interés estratégico de regimentar a los trabajadores queda al desnudo con la remilitarización de los controles aéreosEl objetivo estratégico que tienen el gobierno y sus mandantes –capitalistas, banqueros, sojeros y demás patrones- de intentar resolver su propia crisis contra los trabajadores no es, sin embargo, tan sencillo de cumplir. Ocurre que, frente a ellos, somos cada vez más los que peleamos desde el interés de aquellos que vivimos de nuestro trabajo. En parte como herencia de ese 2001 que hoy conmemoramos, crecen las comisiones internas, cuerpos de delegados y agrupaciones independientes de la burocracia sindical, que reivindican el clasismo y que luchan sistemáticamente. Lo mismo vale para el movimiento de la juventud, donde Federaciones y Centros de Estudiantes han sido -y siguen siendo- recuperados en todos estos años para la lucha. En esta Plaza declaramos todo nuestro apoyo para los jóvenes trabajadores que se organizan en forma independiente, pelean y dan pie a organizaciones que respondan a sus intereses, no a los de los patrones o burócratas corrompidos. ¡Vivan las nuevas direcciones en el movimiento obrero! También hoy el movimiento piquetero sigue de pie exigiendo trabajo genuino y el fin del clientelismo.

 

La crisis que sufre nuestro país, bien lo sabemos, no es local, ni siquiera continental. Es el mundo capitalista el que cruje, como expresión de un régimen social que no puede satisfacer las necesidades más elementales de gran parte de la humanidad. La juventud y la clase trabajadora están protagonizando extraordinarios combates en este marco, desde África y Medio Oriente, hasta Europa, la propia China, y el centro del capitalismo mundial: los Estados Unidos. América Latina también está siendo escenario de grandes luchas. Esta “indignación” mundial es una vuelta de tuerca más a aquello que vivimos en nuestro país hace diez años: en Grecia, España, Francia, Egipto, China o Estados Unidos, los trabajadores y el pueblo se levantan para que no descarguen la crisis sobre sus hombros –y la paguen los verdaderos responsables-. Denunciamos que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se jactaba de tener “un plan B”, pero avanza en la misma dirección que los gobiernos que hoy tambalean en Europa: el ajuste. Denunciamos, también, que a pesar de toda su demagogia jamás apoyó a los movimientos que pelean en el mundo, y se juntó con todos los ajustadores en el G20.

 

 

 

 

 

Nosotros, por el contrario, reivindicamos a los “indignados” de todo el mundo y apoyamos con todas nuestras fuerzas su lucha, porque somos parte de ella. La pelea contra los ajustes, la miseria y la opresión hoy se libra en todos los rincones del planeta.

En esta Plaza nos sentimos hermanados con los compañeros de Plaza Tahir, de la Puerta del Sol en España, de la Plaza Síntagma de Grecia, con la movilizaciones en las calles de Santiago de los estudiantes chilenos, con los huelguistas chinos e ingleses, con los indignados de Wall Street, con todos aquellos que se rebelan porque no aceptan que la crisis capitalista la paguen los pueblos.     

 

 

A 10 AÑOS, ¡VIVA LA REBELIÓN POPULAR DEL 19 Y 20 DE DICIEMBRE DE 2001!