Cuando te avisan, lo primero que decís es “no, no puede ser, otra vez no”. No puede ser que esta empresa asesina que es TBA vuelva a matar gente como en setiembre del 2011 en Flores.
Cuando te avisan, lo primero que decís es “no, no puede ser, otra vez no”. No puede ser que esta empresa asesina que es TBA vuelva a matar gente como en setiembre del 2011 en Flores.
Automáticamente pensás en tus compañeros que viajan todos los días, inclusive los que ese día realizan la distribución del hoy, y empezás a llamar y te quedás más tranquilo cuando te comunicás. Buscás un bar y lo que ves te paraliza, y las lágrimas te saltan y buscás rostros conocidos y ves a muchos de las barriadas de Moreno, Merlo, Morón, con los que te cruzás todos los días. La bronca, la impotencia porque sabés que era una tragedia anunciada. Anunciada, porque los trabajadores ferroviarios y su Cuerpo de Delegados vienen diciendo hace años que “un Cromañón ferroviario” podía pasar. Y pasó.
Te vienen a la mente las marchas y cortes de vía donde estuvimos con el PCR y la CCC junto a los trabajadores denunciando las pésimas condiciones de seguridad que tienen estos trenes por la desidia y la falta de inversiones de los hermanos Cirigliano, dueños de TBA, y la falta de controles de parte del Gobierno.
Las horas pasan y los muertos y heridos se suman aceleradamente, y empezamos a juntarnos, palpás el odio de la gente hacia esta empresa, y surge la pregunta “¿el gobierno dónde está?”. Y escuchás a un energúmeno como el secretario de Transportes, Schiavi: “Si pasaba ayer esto hubiera sido mucho menor” –en alusión al feriado–; “es un accidente como leemos todos los días en el diario”; “el problema es la costumbre argentina de agolparse en los primeros vagones”; pero nada dijo de los subsidios que el Gobierno le da a TBA, 150 millones el año pasado y 79 millones en lo que va de éste solo para mantenimiento, ni de la falta de controles que no hicieron, ni de las denuncias ante la CNRT, ni de los negocios que mediante contratos millonarios con el Estado son los responsables de la construcción y reparación de las nuevas unidades. El odio te hace insultarlo y pedís a gritos que se vaya, que renuncie.
Y escuchás algunos medios que no quieren culpar a los verdaderos responsables, decir “si los trenes andan mal, no tendrían que hacerlos andar”, responsabilizando a los trabajadores. Los ferroviarios, primeros en denunciar las condiciones de trenes y vías, también son víctimas de estas empresas que los sancionan si se niegan a conducir, como mostraron con las notificaciones de la empresa.
Y pensás en el doble discurso de este gobierno, “nacional y popular”, que mantiene las concesiones con subsidios millonarios, se hace el distraído y mantiene el mismo esquema del menemismo, con los talleres ferroviarios de Laguna Paiva (Santa Fe), de Tafi Viejo (Tucumán) Junín (Bs.As.) que siguen cerrados a pesar de los anuncios de Néstor y luego de Cristina. También mantienen los negociados con las compras en el exterior de vagones de más de 30 años (verdadera chatarra), que podrían construirse acá.
Y sale Macri a felicitar a los médicos de los hospitales, los mismos a los que mantiene con sueldos bajos y sin insumos; y la ministra –de Seguridad para los monopolios y espionaje para los que luchan– Garré felicita la actuación de la policía y los bomberos; y Lucas que sigue desaparecido, y la madre y los amigos que lo buscan y desnudan las mentiras del gobierno, y en un momento todos somos Lucas. Cristina Kirchner que no habla, ni se solidariza con las víctimas y sus familiares. El papá de uno de los jóvenes fallecidos dijo que parece que no es la época de los pingüinos, sino del avestruz, porque cuando hay problemas meten la cabeza abajo de la tierra.
Las horas pasan y en un momento todo estalla, el cuerpo de Lucas aparece donde no lo habían buscado nunca: es su padre que viendo los videos de la estación de Padua, lo identifica subiendo por la ventana entre el tercer y cuarto vagón (porque así viajamos todos los días en el Oeste) y ahí estaba el cuerpo de Lucas, aplastado en el mismo lugar que subió, donde jamás lo buscaron los felicitados por Garré, ni el juez que el día anterior inspeccionó el tren.
Estalla la bronca entre los familiares y el pueblo que viaja en el Sarmiento, el dolor y la angustia acumulada se va transformando en odio, y se canta “asesinos”; “que se vayan todos”; “Cristina dónde está”. La respuesta del gobierno es un impresionante dispositivo de policía federal y gendarmería para reprimir a los manifestantes en Plaza Once: tiran gases dentro y fuera de la Estación, y los pibes combaten, y la gente se va llorando de la bronca.
Y la lucha sigue
El fin de semana estuvimos juntando firmas en las estaciones del Sarmiento. Se pide juicio y castigo para los culpables, que le saquen la concesión al grupo Cirigliano-TBA, la renuncia de Schiavi y los responsables de la CNRT, y la reestatización del tren con control de los trabajadores y de los usuarios. Muchos se acercaron a firmar y a conversar. Gran dolor y conmoción por la tragedia. Odio generalizado a la empresa TBA del Grupo Cirigliano, uno de los principales monopolios del Transporte, dueño de los colectivos del grupo Plaza y Ecotrans en el Oeste, y de las privatizadas Emfer y Tatsa que fabrican y reparan material ferroviario, que con los subsidios millonarios que le da el gobierno compra colectivos y dólares.
Hay debates en relación al go- bierno nacional: bronca en muchos por la “borrada”, preguntas en otros, expectativas en que saque la concesión en algunos. Discusión sobre cómo debería seguir el servicio de ferrocarriles, y momento crucial para plantear que tienen que volver al Estado pero con el control de los trabajadores y usuarios, porque no vamos a esperar que controlen los que no lo hicieron estos 9 años de Gobierno K, los Jaime, los Schiavi, la CNRT.
Los ferroviarios preparan una gran marcha multisectorial para el viernes a Plaza de Mayo, con los familiares a la cabeza. Tenemos que trabajar para que sea una respuesta masiva y unitaria contra este nuevo crimen contra el pueblo, por castigo para los culpables y para que se vaya TBA.