Por segunda vez en menos de un mes, cientos de miles de personas salieron el domingo 12 de marzo a las calles de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Galicia y el País Vasco contra el ajuste antipopular del gobierno de Mariano Rajoy. Convocados por las dos centrales obreras españolas (Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores), los manifestantes –desocupados, docentes, trabajadores de la salud, estudiantes, obreros víctimas de los despidos masivos de los últimos meses– enarbolaron consignas contra la “reforma laboral” y los recortes presupuestarios.
La jornada anterior había sido el 19 de febrero, pocos días después del decretazo que impuso la reforma laboral luego convalidada por el Parlamento.
El 11 de febrero, en medio de la abismal crisis –europea en general y española en particular– estallada a partir de la ola de especulación inmobiliaria inflada por los grandes bancos y monopolios, el gobierno español lanzó con respaldo de las centrales empresarias y de la Unión Europea una reforma que descarga sobre la clase obrera y demás sectores populares las mismas infames políticas “flexibilizadoras” que aquí sufrimos con Menem, De la Rúa y Cavallo: se eliminan o recortan las indemnizaciones para que a los empresarios les resulte barato despedir trabajadores; y esto con el pretexto de “estimular el empleo de los jóvenes”, entre los que la desocupación ya toca el 45 por ciento.
La gran marcha del domingo fue, a su vez, preparatoria del paro general convocado por las centrales sindicales para el próximo jueves 29 de marzo.
Riesgo país
Como en aquellos días negros de Menem-Cavallo-De la Rúa, cuando los gurúes imperialistas estrangulaban más y más nuestra economía al son de las “obligaciones” de la deuda externa contraída por la dictadura, el alfonsinismo y el menemismo, también en España el gobierno hace que el presupuesto nacional y el empleo bailen al ritmo del “riesgo país” (que representa el mayor porcentaje de interés que el estado español tiene que pagar en comparación con Alemania para que los bancos o fondos de inversión le compren sus nuevas emisiones de bonos y así poder seguir endeudándose).
Con el mismo fin Rajoy se asignó la atribución de violar el límite de déficit público impuesto por la UE del 4,4% y llevarlo al 5,8%. De todos modos, muchos ya dicen que el déficit de 2012 será todavía mayor que eso, ya que ese tope requerirá igualmente un tremendo ajustazo de 20.000 millones de euros.
Las grandes manifestaciones en curso, la nueva etapa que se abrirá con la huelga general del 29 de marzo, y la muy probable reactivación de aquellos “jóvenes sin futuro” que el año pasado motorizaron el extraordinario movimiento de los “indignados” de Puerta del Sol, harán muy difícil que el programa antipopular de Rajoy pueda andar.