El gobernador de Chubut, Buzzi, actual presidente de la organización que nuclea a las provincias productoras de petróleo (Ofephi), decidió quitarle todas las áreas concedidas a Repsol-YPF, incluyendo la más importante, que produce el 10% del petróleo nacional. La medida es positiva, pero va acompañada de una trampa: la empresa provincial, Petrominera, “decidirá quién se hace cargo de las áreas recuperadas”. Buzzi, es un hombre del monopolio petrolero Pan American, cuyos dueños son 60% de la inglesa estatal British Petroleum, y 40 de Bridas, sociedad a medias entre los testaferros rusos Bulgheroni y la estatal china CNOOC. De ahí la propuesta de Buzzi: “convertir YPF en una Petrobras, donde la dirección estratégica esté en manos del Estado, pero con una amplia participación de diversos sectores privados dispuestos a intervenir”, (La Nación, 1°/2).
La quita de áreas concesionadas baja el precio de las acciones de YPF. El objetivo del gobierno es armar un grupo, con plata del Banco Central y la Anses, capitalistas amigos como Cristóbal López, y asociados como Pan American y Petrobras (con 51% de capital privado), para comprar esas acciones a bajo precio. Son pocas las acciones que están en el mercado. Para controlar YPF, deben forzar a Repsol a vender parte de las suyas. ¿Y quién pondrá la plata para ampliar la producción? ¿La British y los bancos ingleses y la CNOOC y los bancos chinos? El que ponga la plata tendrá el manejo real de YPF.
No hay salida a la crisis energética por este camino. Además, sería un escándalo nacional que una pretendida “nacionalización” de YPF termine poniéndola en manos del imperialismo que coloniza nuestro Atlántico Sur, un el voraz imperialismo chino.
No hay otro camino que la reestatización de YPF, con control de los trabajadores, para ponerla al servicio de las necesidades de la Nación, y no de los monopolios imperialistas.
