Se estrenó la película La revolución es un sueño eterno, sobre la base de una novela de Andrés Rivera, que relata en forma muy satisfactoria algunos aspectos de la vida de Juan José Castelli, ese revolucionario, vocal de nuestra Primera Junta.
Se estrenó la película La revolución es un sueño eterno, sobre la base de una novela de Andrés Rivera, que relata en forma muy satisfactoria algunos aspectos de la vida de Juan José Castelli, ese revolucionario, vocal de nuestra Primera Junta.
Recomendamos ver y debatir esta película, a pesar de tener diferencias sobre la caracterización que hace de la Revolución de Mayo, porque entendemos que su aspecto principal es sacar a luz la vida y la lucha de uno de los principales jacobinos de nuestra gloriosa insurrección.
Castelli fue odiado por los sectores de las clases dominantes que hegemonizaron el proceso político posterior a la derrota del morenismo. La película, reconstruyendo el juicio que le hacen a Castelli en Buenos Aires durante el primer Triunvirato, pone sobre la mesa la existencia de una línea política jacobina, que cuando tuvo que fusilar, fusiló, cuando tuvo que recurrir al papel activo de los pueblos originarios lo tomó, y cuando tuvo que aplicar las instrucciones contenidas en el Plan de Operaciones, no vaciló.
Este juicio existió. Monteagudo fue su abogado defensor, y las actas del mismo se encuentran en los archivos históricos. Lo que ocurre es que fue ocultado. El juicio terminó por la muerte de Castelli, vencido por un cáncer de lengua.
El odio hacia Castelli es sutil, y se expresa todavía hoy, en la circunstancia de que se llame Castelli una callecita del barrio de Once, de cuatro cuadras, mientras que los presidentes oligarcas tienen avenidas a su nombre, como Figueroa Alcorta o Quintana. Los estandartes simbólicos siguen funcionando hasta nuestros días.
Los lectores que quieran aproximarse a la línea política y la acción de este gran jacobino tienen dos buenos libros a su alcance, uno del escritor paraguayo Juan Carlos Chávez Castelli el adalid de Mayo, editado en Buenos Aires en l946, y otro del escritor boliviano L. Peñaloza, Historia económica de Bolivia.
En otra nota trataremos los aspectos ideológicos y filosóficos de Chuquisaca, la Universidad en la que estudiaron tanto Castelli, como Moreno y Monteagudo -gran parte de nuestros jacobinos de mayo- que lograron influenciar en el curso de los acontecimientos desde junio hasta diciembre de l810, tomando medidas drásticas y revolucionarias, con la energía que la hora pedía, y que se encuentran bien reflejadas en la película que recomendamos.