Se agrava la situación de los trabajadores de las plantas automotrices de Córdoba, en uno de los efectos más notorios de esta nueva oleada de la crisis internacional, agravada por la política del gobierno kirchnerista. La planta de producción de motores de la alemana Volkswagen redujo el horario de trabajo. Por su parte, la fábrica del monopolio italiano Fiat en el barrio Ferreira, de la capital cordobesa, mantuvo paralizada la producción durante tres días seguidos, hace dos semanas.
Se agrava la situación de los trabajadores de las plantas automotrices de Córdoba, en uno de los efectos más notorios de esta nueva oleada de la crisis internacional, agravada por la política del gobierno kirchnerista. La planta de producción de motores de la alemana Volkswagen redujo el horario de trabajo. Por su parte, la fábrica del monopolio italiano Fiat en el barrio Ferreira, de la capital cordobesa, mantuvo paralizada la producción durante tres días seguidos, hace dos semanas.
Ahora, 1.900 trabajadores de la planta que la francesa Renault tiene en Santa Isabel, fueron suspendidos o tuvieron “vacaciones anticipadas” hasta el 10 de julio, ya que la patronal anunció la paralización de la producción por dos semanas. Los compañeros que no aceptaron las “vacaciones” estarán suspendidos con el pago del 75% de sus salarios. Recordemos que Renault ya había realizado suspensiones parciales el 7, el 8 y el 15 de junio), con el objetivo de la empresa de regular el stock.
La crisis se expresa en esta industria con crudeza: “sobrecarga de stock por el freno de las exportaciones a Brasil”, dicen medios como La Nación. Esto explica un aspecto de la situación, ya que la producción de las automotrices está en gran medida destinada a la exportación al mercado brasileño. La otra parte es el parate de las ventas de autos 0km en nuestro país, que cayó un 12% en junio, respecto al año pasado, según informa la Asociación de Concesionarias de Automotores (ACARA). Para los camiones, la caída es aún mayor, de un 20%.
Como se ve, el “modelo k” aplica las viejas y tradicionales recetas de descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo. Esta situación de suspensiones, junto a la bronca por el creciente saqueo al salario vía el impuesto a las ganancias, pesó a la hora del apoyo del Smata Córdoba al paro llamado por Moyano el 27/6.
