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04 de julio de 2012

La provincia industrial china de Guangdong es sacudida por una nueva oleada huelguística. El proletariado chino vuelve a la lucha para que la burguesía no descargue sobre él los efectos de la crisis económica mundial.

Nueva oleada de luchas obreras en China

Hoy 1426 / “Dame mi dinero ganado con esfuerzo”

En los grandes centros industriales del sudeste de China parece haberse iniciado una nueva oleada de huelgas, por causas salariales y otras. Muchas de ellas, como las que aquí se reflejan, tienen lugar en la provincia de Guangdong, que fue el centro del gran movimiento huelguístico que a mediados de 2010 barrió decenas de plantas de las industrias automotriz y electrónica.

En los grandes centros industriales del sudeste de China parece haberse iniciado una nueva oleada de huelgas, por causas salariales y otras. Muchas de ellas, como las que aquí se reflejan, tienen lugar en la provincia de Guangdong, que fue el centro del gran movimiento huelguístico que a mediados de 2010 barrió decenas de plantas de las industrias automotriz y electrónica.


Los trabajadores de la Fábrica de Materiales Explosivos Río Tinto en Shaoguan (Guangdong) están en paro desde principios de mayo: ejecutivos de la fábrica –denunciados como “corruptos”, aunque parece ser una práctica habitual en muchas fábricas chinas– se habían quedado con el dinero de los salarios de los trabajadores. También se los acusa de sobornos y malversación de fondos públicos.


Construida en los años ’50, en tiempos del socialismo la fábrica Río Tinto se llamaba “Planta 309 de la Provincia de Guangdong”. Hoy es una empresa estatal mediana que produce explosivos y detonadores industriales y emplea a unos 800 obreros. La restauración capitalista operada a fines de los ’70 significó para ellos la imposición de un régimen de explotación brutal.


La empresa se negó a responder los reclamos de los trabajadores, de modo que el viernes 22 de junio los obreros cortaron la calle y detuvieron el tránsito, colgaron en la entrada de la fábrica una gran pancarta que exigía: “Dame mi dinero ganado con esfuerzo”; y bloquearon el portón de la empresa para impedir la salida de los gerentes. También bloquearon con autos la entrada al depósito de explosivos, mientras eran sitiados por varios centenares de policías. Por la noche la brigada antidisturbios recibió la orden de dispersar a los trabajadores; se produjeron enfrentamientos, la policía disparó gases lacrimógenos para reprimir a los trabajadores, y varios fueron arrestados. La policía irrumpió en la fábrica, detuvo a los dirigentes, quitó los autos del bloqueo y evacuó la fábrica. Pero el sábado 23 los obreros volvieron a ocupar la planta, que fue rodeada por unos mil efectivos policiales.

 

Un nuevo ascenso de luchas
En Guangzhou –cerca de Hong Kong, en la misma provincia de Guangdong– miles de trabajadores fabriles se lanzaron a la huelga el 18 de junio por aumento de salarios. Los de Shenzhen, ciudad industrial pegada a Hong Kong, obtuvieron en febrero un básico de 1.500 yuanes mensuales (poco más de 235 dólares), pero el gobierno provincial, al parecer bajo la presión del lobby empresarial de Hong Kong, anunció que el salario mínimo sólo se aumentaría “en el momento adecuado”.


Sin embargo ese momento parece estar acercándose. En Guangdong este año hubo numerosas huelgas contra el cierre de fábricas, planes de reubicación, etc., y en el último mes los reclamos salariales volvieron a pasar a primer plano.


El 18 de junio, los 3.000 trabajadores de la fábrica Citizen de Guangzhou se declararon en huelga exigiendo aumento salarial. Su salario básico era de sólo 1.100 yuanes al mes (unos 175 dólares), el mínimo legal en el distrito de Huadu, donde está ubicada la fábrica, de modo que, deducidos los 200 yuanes de la seguridad social, el salario no alcanza para vivir.


Por eso incluso los trabajadores con salarios más altos van a la huelga por aumentos. A los trabajadores de otra fábrica japonesa de productos electrónicos en Guangzhou, el 1º de junio se les ofreció aumentar sus salarios de 1.350 a 1.500 yuanes por mes (un 11%), pero alrededor de 1.000 empleados se declararon en huelga el día 14 exigiendo un aumento mayor. Los trabajadores dijeron que el rápido ascenso de los precios ya había erosionado gran parte del aumento salarial ofrecido.


Aunque la tasa de inflación en China disminuyó del 6,5% en julio de 2011 al 3% en mayo, los trabajadores en las grandes ciudades como Guangzhou siguen teniendo salarios muy por debajo de la “canasta básica”. Muchas fábricas en el sur de China no pueden conseguir mano de obra dado que los salarios que ofrecen son demasiado bajos.