El mundo está estremecido por el vendaval de la crisis económica capitalista iniciada a principios de abril de 2007 en la mayor potencia imperialista, cuando se fue a la quiebra la financiera Century Financial Corporation, la más grande de las especializadas en hipotecas de alto riesgo.
El mundo está estremecido por el vendaval de la crisis económica capitalista iniciada a principios de abril de 2007 en la mayor potencia imperialista, cuando se fue a la quiebra la financiera Century Financial Corporation, la más grande de las especializadas en hipotecas de alto riesgo.
Desde entonces, de manera desigual, la crisis se prolonga y profundiza por oleadas. Su magnitud supera a las anteriores crisis de la historia del sistema capitalista imperialista. Como dijo Otto Vargas al comienzo de la misma, esta crisis se produce por una gigantesca sobreacumulación del capital generada por la extraordinaria expansión de la masa de plusvalía obtenida con la incorporación al mercado capitalista mundial unificado de más de mil millones de trabajadores relativamente calificados, con salarios sumamente bajos y condiciones inhumanas de trabajo, tras la derrota del socialismo en China en 1978, la implosión en 1991 de la URSS (donde se había restaurado el capitalismo en 1957) y la disolución del bloque por ella dominado.
Los hechos vienen desmintiendo una y otra vez los vaticinios, según los cuales, lo peor ya había pasado. El desarrollo de la crisis es desparejo. Actualmente el ojo de tormenta está en Europa; a la vez que hay incertidumbre sobre la situación económica y social de China.
Últimamente altos funcionarios de las entidades internacionales de crédito y hasta jefas de estado como la alemana Angela Merkel pronostican que se necesitarán diez años para salir de esta crisis. El informe semestral del Banco Mundial dado a conocer el pasado 17 de enero pronostica que en este año 2012 la recesión será global. Afirma que el mundo ingresó en “una etapa muy difícil caracterizada por importantes riesgos y fragilidad”. Sostiene que la crisis podría resultar peor que en 2008 pero con menos margen de reacción.
El informe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo, agencia de las Naciones Unidas) presentado en el Foro Económico de Davos (Suiza), que reúne anualmente a lo más granado de la gran burguesía imperialista mundial, constata que en la mayor parte de los países la desocupación es mayor que en 2008. Pronostica que el mundo tendrá en el presente año 200 millones de desocupados. Estos son 27 millones más que en 2008, considerado por los economistas del sistema el pico más alto de la crisis hasta ahora. La parte de la población más castigada por el flagelo del desempleo son los jóvenes: 74,8 millones entre 15 y 24 años.
¿Quién paga la crisis?
Millones se están poniendo de pie y luchan para que los trabajadores no sean de nuevo quienes pagan la crisis.Desde fines del 2010 se ha desatado una oleada de luchas con gran participación de la juventudy en una serie de lugares con importante protagonismo de la clase obrera. Las rebeliones de los pueblos árabes, las huelgas y revueltas populares en China,, los paros generales y masivas movilizaciones en diversos países europeos, las marchas y ocupaciones en Estados Unidos, las manifestaciones en Israel y en Rusia.
Desde que estalló la crisis griega la Unión Europea (UE) impuso las políticas de ajuste y en varios casos gabinetes compuestos directamente por directivos de los mayores bancos. Pero cayeron 17 gobiernos (Reino Unido, Irlanda, Islandia Holanda, Finlandia dos veces, Dinamarca, Portugal, Hungría, República Checa, Eslovaquia dos veces, Bélgica, España, Grecia, Italia y Rumania). Aunque no fueron más allá de un recambio de un sector de las clases dominantes por otro, la caída de 17 gobiernos europeos en el último año y pico genera inestabilidad política y acentúa las contradicciones en la UE, lo cual, a la vez, profundiza aún más la crisis económica.
En Grecia cientos de miles se movilizan y combaten en las calles contra un gobierno totalmente entreguista que se somete a la política de semicolonia. La Organizaciòn Comunista de Grecia (KOE), fuerza marxista—leninista, llama a un frente que termine con el gobierno actual, “hacia un cambio político radical dirigido por el pueblo”. Es muy importante lo sucedido en Islandia. Las masas populares derrocaron al gobierno, impusieron la nacionalización de los bancos y salieron de la crisis.
Como hicieron en Libia, los yanquis y otras potencias intervienen en Siria con el objeto de aprovechar las justas rebeliones populares para incidir en su desenlace.
Crecen las amenazas imperialistas de agresión contra Irán, lo que puede desembocar en una guerra mundial.
Como dijo Otto Vargas en el 44° aniversario del PCR, crece el peligro de fascismo, crece el peligro de guerra, “pero al mismo tiempo están estos jóvenes, este movimiento de masas”. Y señaló que “el camino de la revolución surgirá, inevitablemente, de esta gran rebelión de masas que estamos contemplando en todo el mundo”.
Las políticas de ajuste
Las burguesías imperialistas están descargando brutalmente la crisis sobre las espaldas de los trabajadores de su país y sobre los pueblos y naciones oprimidas. Dado los intereses de clase que representan y defienden, sus gobernantes y sus expertos no ofrecen otra cosa que el “ajuste”. Este tiene como objetivo principal asegurar billones (millones de millones) de dólares para que no pague la crisis la oligarquía financiera (conformada por el entrelazamiento de los grandes bancos y los monopolios como analizó Lenin en su obra sobre el imperialismo). El ajuste socializa las pérdidas y privatiza las superganancias de los responsables y beneficiarios de la gigantesca especulación que detonó esta crisis.
Allí donde se impone ¿qué significa el ajuste para la gran mayoría del pueblo? Por ejemplo, en el caso de Grecia: el desempleo ascendió del 13,9% al 20,9% en un año. La desocupación entre los jóvenes es tremenda, cerca del 48%. Como en España y tantos otros países, entre ellos el nuestro, el sistema capitalista le niega a la juventud su derecho más importante, el derecho a un futuro mejor. En Grecia, el PBI (producto bruto interno) cayó el 15% entre 2009 y 2011. El gobierno empezó a repartir cupones de comida a los escolares después de que los sindicatos docentes denunciaron los primeros casos de desnutrición infantil. Se ha hecho público que la “troika” (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Unión Europea) exige al gobierno griego que rebaje aún más el monto destinado a la salud: recortar en cerca de 1.500 millones de dólares más el gasto en productos farmacéuticos. Otro ejemplo, el de Rumania. En dos años despidieron a 200 mil trabajadores estatales, recortaron el salario del sector público en un 25%, congelaron el monto de las jubilaciones, rebajaron un 15% el subsidio a los desocupados y aumentaron el IVA del 19 al 24%. Nuestro principal socio comercial, Brasil, anunció en febrero más recortas en los gastos por 32 mil millones de dólares.. Los más castigados por ese ajuste adicional son los jubilados y los servicios de educación y salud.
“Sintonía fina”
En nuestro país, el gobierno K primero se ufanó de que la crisis no llegaría a nuestras playas, que supuestamente gracias a su “modelo nacional y popular” la economía argentina estaba “blindada“. Luego empezó a decir que la crisis nos podía afectar un poco. Enseguida después de ganar ampliamente las elecciones lanzó y pretende llevar adelante un duro ajuste al que presenta como “sintonía fina”. A la vez, apela crecientemente a la represión directa o tercerizada, y sancionó la ley antiterrorista dirigida a institucionalizar la criminalización de la protesta social.
La presidenta reclama “moderación” en los salarios y sus operadores presionan por un 18% como tope para el aumento salarial aunque la inflación fue de un 30%. La presidenta se declara partidaria del “capitalismo serio”y les pide a los empresarios, a las corporaciones, que lo practiquen. Pero la historia y el presente muestran que el capitalismo es un sistema basado en la explotación del hombre por el hombre y en el cual el objetivo y el móvil determinante de la producción no es la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad sino la ganancia, la sed insaciable de ganancia como demostró Marx. A este sistema le son inherentes los padecimientos de las mayorías, las crisis y las guerras.
Argentina es un país dependiente, oprimido por el imperialismo, disputado por las potencias y con una parte de su territorio ocupado por el colonialismo inglés. Somos muy vulnerables a la crisis porque las palancas fundamentales de la economía están en manos de intereses imperialistas. Ellos tienen el poder de decisión. El imperialismo no es solamente un factor externo sino también, y principalmente, un factor interno asociando y subordinando a la burguesía intermediaria y a los grandes terratenientes.
En los ocho años de gobierno K se extendió la sojización del país y se va plasmando la “asociación estratégica” con China. Crecieron la megaminería a cielo abierto y con uso de cianuro, las petroleras, las exportadoras de granos y oleaginosas, la pesca, las terminales automotrices, la siderurgia, el aluminio.En fin,quienes más crecieron son los grupos monopolistas que operan en actividades extractivas centradas en la exportación.
Dependencia equivale a vulnerabilidad a la crisis. El último año salieron del país 8.100 millones de dólares que las filiales de los monopolios imperialistas giraron a sus casas matrices en condición de utilidades y dividendos, además de lo que puedan haberles girado como intereses de “deudas”. El 70% de los insumos necesarios a la producción no se fabrican en el país aunque pueden hacerse aquí como demuestra el desarrollo alcanzado en 1946-1955 bajo la presidencia de Perón. En la actualidad,por ejemplo, una fábrica autopartista nacional (Taranto) está en condiciones de exportar muchos más embragues, discos de freno y fijaciones para motores si no fuera que la casa matriz de Renault decidió enviar esas piezas desde Francia a su planta de Brasil en vez de encargarlas en la Argentina. Otro ejemplo que evidencia el saqueo de nuestros recursos y la necesidad de recuperar el poder de decisión sobre los resortes estratégicos: en 2011 YPF (controlada por la española Repsol y gerenciada en Argentina por los Eskenazi) giró el 96% de sus ganancias a su casa matriz en Madrid…Y el 25% de ese beneficio va para los K. y Eskenazi para pagar las acciones de YPF de las que se adueñaron.
La clase obrera y el pueblo pueden dar la pelea para que la crisis la paguen sus responsables y beneficiarios. Al respecto, los comunistas revolucionarios proponemos medidas de emergencia.
17 de febrero de 2012