Norberto de La Riestra nació en 1810, prácticamente junto con la Revolución de Mayo. A los 21 años viajó a Liverpool y luego a Londres, donde fue empleado de la casa Nicholson Green, y estudió economía. Regresa a Buenos Aires en 1849 como gerente de esa firma. Fue elegido legislador en la provincia de Buenos Aires en 1852, hasta 1855, y luego ministro de Hacienda del gobernador Pastor Obligado. Como ministro, renegoció la deuda con la casa Baring, duplicando el monto de los intereses que se remitían mensualmente. Ferdinant Withe, representante de los intereses ingleses en Buenos Aires, declara en sus memorias que De La Riestra, durante la negociación de la deuda, realizó propuestas mejores de las que se esperaban por parte de los acreedores.
Senador en 1863, el gobierno de Mitre lo designa en misión diplomática en Londres. De la misma resulta un empréstito de 2.500.000 libras, que se usó para la guerra contra el pueblo paraguayo. Ministro de Hacienda del presidente Avellaneda, director del Banco de Londres y Río de La Plata, era al mismo tiempo representante de las empresas de ferrocarriles ingleses en la Argentina. Propició la privatización del Banco de la Provincia de Buenos Aires, pero fue derrotado en el Congreso. A su muerte, La Nación le dedicó una necrológica que fue también publicada en los diarios ingleses del momento, que lo caracterizaba como hombre virtuoso, cuya biografía se confunde con el progreso del país, ya que restableció el crédito con Europa, dice el diario. Sarmiento en cambio, opinaba de otro modo “Nunca pude deducir su inteligencia, ni su inclinación siquiera a la política de su país, era un empleado de comercio de casa inglesa en toda la extensión de la palabra”.
Lenin, en la posterior época del imperialismo, define a la Argentina como un país dependiente, con independencia política formal y dependencia económica real.
Es importante, para entender cómo se fue generando esta dependencia, estudiar algunos personajes de la década de 1860, que pasaban de ser públicamente empleados de casas inglesas, a ministros o apoderados de capitales ingleses.
El Ferrocarril del Sud, luego de la muerte de De la Riestra, lo homenajeó con el nombre de una estación en la provincia de Buenos Aires, y en el sur de la Capital Federal, una avenida lleva todavía hoy su nombre. Los nombres de las calles a veces dicen muchas cosas.