Nuevamente los docentes fueguinos se volcaron masivamente a las urnas el 7 de septiembre para votar y una vez más lo hicieron apoyando a la Lista Lila. No pudieron, ni el gobierno provincial ni los referentes nacionales, ya que una semana antes se apersonó Baradel en estas tierras sólo a los fines electorales –como cada 3 años– para tratar de convencer lo que los compañeros de la Celeste de Río Grande no podían: tratar de ganar las elecciones a nivel provincial y quedarse con otro sindicato más afín al kirchnerismo.
Hay que destacar el trabajo de los compañeros de base, el de la Junta Electoral, el cuerpo de delegados que le puso toda su entrega para no dejarse imponer por los otros candidatos. Participaron 3 listas: la Verde conformada por un sector que no prosperó políticamente, por eso los castigaron y obtuvieron sólo 36 votos, 10,3% del total. Aunque sirvió para dividir, no movió la aguja en el balance. La Blanco-Naranja, apoyada por el gobierno, si bien avanzó en el posicionamiento a nivel seccional –ganaron en Río Grande– no pudieron revertir la marea lila que se impuso en la lista provincial y así obtuvieron 134 votos, o sea el 37,4%. Y la Lista Lila que fue respaldada una vez más por la mayoría de los docentes, donde se obtuvieron 501 votos sobre una cantidad total de 671 votos a la lista provincial, quedándose así con 52,3% de los votos.
Es innegable la activa participación de los compañeros a las urnas y lo demostraron en las 3 ciudades, ya que se incorporó una seccional nueva que también fue coronada con la obtención del 71,9% de los votos de la Lista Lila en Tolhuin. En la seccional Río Grande la Lila sacó el 24,1% de los votos y la Blanco-Naranja ganó con el 58,5%, mientras que la Verde sólo obtuvo 17,4%.
Hay que seguir trabajando para conseguir la mayor unidad posible, las elecciones pasaron pero los problemas quedan y se deben resolver, debemos bregar para fortalecer el cuerpo de delegados, confeccionar un nuevo plan de afiliación ya que se han incorporado al sistema educativo muchos docentes nuevos y jóvenes a los que se debe ganar para participar, y fortalecer los lazos con las organizaciones hermanas, para tratar de avanzar en un frente que convoque para dejar de pelear por lo posible y pelear por lo necesario.
En medio de la crisis internacional que nos golpea y de manera desmesurada, el golpe se siente y la inflación no descansa, el Sutef, tiene la enorme responsabilidad de enfrentar nuevos desafíos que se corresponderán con éxito si en esta nueva empresa se consiguen nuevas y viejas conquistas que hagan pegar un salto en calidad hacia nuevos rumbos políticos que conlleven a tener otras ambiciones, y pretender que las luchas tengan un horizonte más cercano hacia una perspectiva de poder.
