El paro en Acindar, Paraná Metal, Tenaris y en talleres metalúrgicos de la zona comenzó a las 8 de la mañana. Una columna de 5 mil obreros recorrió los seis kilómetros que separan la planta de Acindar de la plaza central de Villa Constitución.
Los negocios cerraron sus puertas. Obreros y empleados, maestros, familiares de los obreros y numerosos vecinos de Villa Constitución y otras localidades cercanas se reunieron para expresar su bronca ante los hechos, y su homenaje a Nicolás Correa y Alfredo Dianda, muertos como consecuencia de las condiciones laborales de Acindar.
El día anterior, una marcha de los obreros de las empresas contratistas, entre otras aquella a la que pertenecían los muertos y heridos por la explosión del horno, había recorrido las calles exigiendo justicia frente a los tribunales.
En el acto, los dirigentes de la UOM seccional Villa Constitución, expusieron un listado de reivindicaciones para ser elevado a Acindar, entre ellas la conformación de una comisión mixta de seguridad e higiene, integrada también por representantes de las contratistas, la revisión de los métodos de trabajo y organización, y el pase a planta del personal mercerizado.
Desde la multitudinaria concurrencia, se reclamó un lugar en el palco de los oradores al grito “¡que hable un trabajador!” Fue entonces que subió el compañero delegado de la empresa contratista Serkay y responsabilizó a la fábrica por la tragedia causada por los ritmos de producción, manifestando su exigencia de justicia y reparación ante las muertes y que se termine con las condiciones criminales de trabajo que se facilitan con la tercerización.
Un clima de indignación y dolor se manifiesta en Acindar y en las otras fábricas de la zona. Alfredo Dianda y Nicolás Correa son hoy bandera de lucha de los metalúrgicos y de todos los trabajadores.
02 de octubre de 2010
