El cacerolazo del 8N fue una multitudinaria y heterogénea movilización de protesta y reclamos al gobierno.
Los sectores de derecha (algunos impulsados por el propio gobierno para provocar), fueron extremadamente minoritarios, y fue mayoritaria la presencia de jubilados reclamando el 82% móvil ya, de jóvenes y de mujeres. El reclamo unánime fue más visible contra la inseguridad, la inflación, la corrupción y la re-re elección. También el reclamo de una justicia independiente.
Esta multitudinaria manifestación nacional, refuerza la necesidad y las posibilidades exitosas del paro nacional que organizan la CTA, CGT, CGT Azul y Blanca, Federación Agraria Argentina, Federación Nacional Campesina, CCC, Barrios de Pie, entre otras organizaciones para fines de noviembre.
El cacerolazo replantea la necesidad de avanzar en la unidad programática de las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas.
El paro nacional y el reagrupamiento programático de fuerzas populares son la tarea del momento en la lucha para que la crisis no la siga pagando el pueblo.
Partido del Trabajo y del Pueblo Partido Comunista Revolucionario
Otto Vargas- Secretario general
