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06 de marzo de 2013

Importantes congresos sindicales (1)

Crónicas proletarias

 En 1905, las dos centrales obreras -la Unión General de Trabajadores (UGT), y la Federación Obrera Regional Argentina (FORA)- realizaron importantes congresos, que marcarían rumbos en el accionar de las principales corrientes.
La UGT, con predominio de la corriente afín al Partido Socialista (PS), hizo su 3º Congreso del 12 al 18 de agosto de 1905. Allí estuvieron representados 72 sindicatos, un poco más de Capital Federal que del interior.

 En 1905, las dos centrales obreras -la Unión General de Trabajadores (UGT), y la Federación Obrera Regional Argentina (FORA)- realizaron importantes congresos, que marcarían rumbos en el accionar de las principales corrientes.
La UGT, con predominio de la corriente afín al Partido Socialista (PS), hizo su 3º Congreso del 12 al 18 de agosto de 1905. Allí estuvieron representados 72 sindicatos, un poco más de Capital Federal que del interior.
Allí se expresó con fuerza una corriente interna del PS, el sindicalismo revolucionario, que pocos meses después sería expulsada de las filas socialistas. Esta corriente, de la que hemos hablado en otra columna, básicamente surge como reacción al creciente parlamentarismo de la dirección del PS, y empalma con posiciones en boga en Europa.
En esos tiempos, estaba en discusión no sólo la conquista de las ocho horas, aumentos salariales y condiciones de trabajo, sino la creciente represión de los gobiernos oligárquicos, que ha-bían impuesto la Ley de Residencia encarcelando y deportando a centenares de trabajadores. Además, se ponía en discusión qué posición ante el proyecto de Ley del Trabajo, la ley de descanso dominical, y otras iniciativas que comenzaban a discutirse en el Parlamento.
En dicho Congreso de la UGT, aún sin romper con el PS, los sindicalistas imponen párrafos como el siguiente: “Que es obra especial de los gremios organizados el establecer las condiciones y forma de trabajo favorables para los mismos en todo el campo de la producción… Complementando ese propósito cree, asimismo, de utilidad la realización de una activísima propaganda tendiente a imponer la sanción legislativa de las mejores condiciones obtenidas por la organización”. Quedaba así planteado que la acción política parlamentaria era complemento de lo principal, que era la acción gremial.
Otra moción importante planteada por esta corriente es la propuesta de un “pacto de solidaridad” con la central anarquista, la FORA, “tendiente a unificar las fuerzas y acción de la clase obrera organizada”, lo que suscitó un arduo debate, siendo votada la propuesta de la Sociedad de Mecánicos. El otro gran debate se dio alrededor de la “huelga general”, y allí triunfó la moción de la dirección del Partido Socialista, que aceptaba la huelga general “como recurso extremo de lucha, más no como arma específica y fundamental de los trabajadores”, como escribió el dirigente sindicalista Sebastián Marotta. Los sindicalistas pasarían a ser mayoritarios en el 4º Congreso de la UGT, en 1906.