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13 de marzo de 2013

Movilización en Misiones

CCC MIsiones: El hambre es un crimen

El martes 12, al cierre de esta edición, se realizaba una movilización con la consigna “El hambre es un crimen”, para denunciar la situación que viven miles de misioneros.
Cotidianamente se comete el crimen del hambre contra nuestro pueblo, donde los principales afectados son nuestros gurises. El hambre como crimen no aparece en las tapas de los diarios, ni siquiera en los policiales, pero es un asesino implacable que mata en silencio.

El martes 12, al cierre de esta edición, se realizaba una movilización con la consigna “El hambre es un crimen”, para denunciar la situación que viven miles de misioneros.
Cotidianamente se comete el crimen del hambre contra nuestro pueblo, donde los principales afectados son nuestros gurises. El hambre como crimen no aparece en las tapas de los diarios, ni siquiera en los policiales, pero es un asesino implacable que mata en silencio.
Esta situación no se reduce al plato de comida digno que falta en muchas mesas, es una larga cadena de injusticias que incluyen la desocupación, las condiciones habitacionales, la mala situación de la salud en la provincia donde la mayoría de los CAPS no disponen de médicos suficientes, ni tampoco garantizan los remedios necesarios. Cientos de mamás hacen noche en salitas y hospitales en busca de un turno.
El programa “hambre cero” no resuelve la situación, son muchas las trabas que se ponen para que un niño ingrese al mismo. Nadie sabe bien cómo se mide la desnutrición, no parece haber un criterio médico para esto. Una encuesta que nuestra organización está realizando muestra que hay gran cantidad de padres que consideran a sus hijos desnutridos pero en los CAPS no son incluidos en el programa. Se ha “inventado” un nuevo término médico: “el bajo peso”, para evitar decir la palabra “desnutrición”, tan esquiva a las encuestas políticas. Otro dato que va surgiendo de la misma encuesta demuestra que la inmensa mayoría (95%) de los casos en donde los chicos fueron beneficiados con el programa, la ayuda no llega en su totalidad, incluso a veces ni llega. Para muchos el programa se reduce a 1 o 2 kilos de leche al mes.
Distintas organizaciones se concentraban en el mástil para empezar a romper el silencio, entendiendo que hay que frenar esta política de exterminio. El gobierno de la provincia, en el caso María Ovando, evidenció su posición: culpar a las víctimas. Desde la CCC entendemos que el crimen del hambre tiene sus culpables y responsables políticos y es el gobierno, muestra de esto es el actual presupuesto que sobre una base de 12.500 millones de pesos destina al programa hambre cero miserables 45 millones para ser distribuidos en varios ministerios. Mientras gasta miles de millones en obras públicas, donde los principales beneficiados son las empresas amigas. Finalmente, los compañeros invitaban a los que consideren que el hambre es un crimen a sumarse a la movilización.