Ante la crítica situación por la que atraviesa el Teatro Argentino de La Plata, el jueves 7 de marzo se realizó un abrazo simbólico al edificio y una “movilización artística” a la Dirección General Administrativa del Instituto Cultural de la Provincia, la Presidencia del mismo, la Legislatura y la Gobernación provincial. Así lo decidió la asamblea de trabajadores del Teatro Argentino, junto con representantes de sus gremios, que llamó a toda la comunidad a adherir a estos actos de protesta, que contaron con interpretaciones de música, canto y danza y teatro a cargo de integrantes de los cuerpos artísticos.
A las 11 de la mañana había unas 700 personas aproximadamente que, literalmente, abrazaron al teatro cubriendo toda la manzana. Nunca había sucedido algo semejante en la historia del teatro. La manifestación que siguió al abrazo fue, también, la más grande de que se tenga memoria. Al día siguiente, Jorge Telerman, presidente del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, difundió oficialmente una programación que los trabajadores consideran un bochorno, con varias reposiciones, con lo cual los sectores técnicos de zapatería, escenografía, carpintería, herrería, peluquería, etc., no tendrán trabajo asignado.
La protesta contó con el apoyo y la presencia orgánica de ATE y Soeme, mientras los delegados de otros gremios con participación en el sector se hicieron presentes. Adhirieron numerosas personalidades de la cultura, del campo intelectual, legisladores, así como organizaciones sociales como la CCC, juntas internas y partidos políticos (entre ellos el PCR/PTP).
Los trabajadores solicitan a las autoridades competentes la urgente realización de una auditoría que establezca cuál es la real situación administrativa, contable y patrimonial del Teatro y que detalle las condiciones de precariedad laboral. El pliego de demandas más inmediatas incluye el pago de lo adeudado a todos los contratados, miembros de la Camerata Académica y a los figurantes de escena; la realización de una programación artística que incluya a todos los agrupamientos para este año; el otorgamiento de un presupuesto que posibilite llevarla a cabo y que evite la derivación de los fondos acordados; la titularización de los cargos concursados; la reincorporación de los trabajadores y delegados gremiales que han sido desplazados, la renuncia de la actual gestión y la designación de nuevas autoridades, entre otros puntos.
