El 14 de marzo se cumplen 130 años de la muerte de Carlos Marx. Había nacido en 1818 en Renania, la provincia más industrial y más internacional de Alemania, y la más influida por la Revolución Francesa de 1789. Incluso en Renania se organizaron sociedades de jacobinos.
El 14 de marzo se cumplen 130 años de la muerte de Carlos Marx. Había nacido en 1818 en Renania, la provincia más industrial y más internacional de Alemania, y la más influida por la Revolución Francesa de 1789. Incluso en Renania se organizaron sociedades de jacobinos.
Junto a Federico Engels eran parte de los jóvenes hegelianos de izquierda y fueron radicalizándose. Asumieron posiciones democráticas revolucionarias. Luchaban contra el absolutismo, por el derrocamiento revolucionario de la monarquía y de todo el régimen feudal. Sobre esta base propugnaban la unificación de Alemania. En los años de la década de 1840 el debate giraba alrededor de la necesidad de hacer lo que los franceses habían hecho en 1789.
En 1843, Marx decía: “el arma de la crítica no puede sustituir la crítica de las armas… La fuerza material tiene que derrocarse mediante la fuerza material, pero también la teoría se convierte en fuerza material tan pronto prende en las masas… Ser radical es atacar el problema por la raíz” (Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel). Y en este mismo trabajo Marx vio y planteó que la burguesía ya no podía hacer en Alemania un 1789, sino el proletariado.
Marx y Engels se vincularon al movimiento obrero, se integraron a él y asumieron posiciones proletarias revolucionarias. Marx lo hizo con los franceses y con los dirigentes obreros alemanes emigrados. Engels con el movimiento cartista en Inglaterra. Al mismo tiempo ambos avanzaron en conjunto en la elaboración teórica, sometiendo a crítica a la filosofía clásica alemana, la economía política burguesa y el socialismo utópico. En 1847 adhirieron a la Liga de los Comunistas, donde la mayoría eran obreros alemanes y había también obreros franceses, suizos, belgas e ingleses.
La Liga aprobó un Estatuto cuyo artículo primero afirmaba: “La Liga persigue el derrocamiento de la burguesía y el dominio del proletariado, la supresión de la vieja sociedad burguesa, basada en el antagonismo de las clases, y la instauración de una nueva sociedad, sin clases ni propiedad privada”. Le encargaron a Marx y Engels la redacción de un manifiesto. A principios de 1848 apareció el Manifiesto Comunista y se convirtió en un documento básico, fundacional, que hoy sigue vigente en lo fundamental.
En 1848 estalló una ola de revoluciones. Comenzó en París (Francia) en febrero, donde el proletariado jugó el papel fundamental. Levantó sus propias reivindicaciones –inadmisibles para el sistema capitalista– y levantó la bandera roja. En marzo estalló una revolución en la ciudad renana de Colonia (Alemania). Enseguida en Viena (Austria) y Berlín (Alemania). La clase obrera jugó un gran papel en estas revoluciones.
Marx había tenido que salir de Alemania debido a la persecución política en contra suyo. Engels tuvo que irse por razones de trabajo. Ambos regresaron a su país natal en abril para intervenir directa y personalmente en la lucha revolucionaria. Pero desde junio las fuerzas reaccionarias desataron una feroz contraofensiva. En 1851 se cerró ese período de ascenso revolucionario con el golpe de Estado de Luis Bonaparte en Francia, y se inició una década de retroceso y desorganización del movimiento obrero y revolucionario. Marx trabajó profundamente en esos años en la investigación, el análisis y la crítica de la economía política. En 1867 apareció el primer tomo de su obra principal, El Capital, que devela el secreto del sistema capitalista, la plusvalía, es decir, dónde se generan las ganancias de los burgueses y la renta de los terratenientes. A la vez se esforzó por impulsar el reagrupamiento de fuerzas y en 1864 Marx logra constituir la Primera Internacional.
El era, ante todo y sobre todo un revolucionario en la acción práctica y en el pensamiento, indisolublemente unidos entre sí. Dedicó su vida a trabajar por la revolución. No en vano las clases explotadoras destilaban odio contra Marx, quien fue el hombre más insultado y calumniado de su tiempo.
En el presente, los imperialismos y todos los reaccionarios, especialmente los renegados del marxismo, los revisionistas, presentan a Marx como un académico. Se refieren a él de modo de vaciar su contenido revolucionario. Ocultan la verdadera historia. Temerosos de las consecuencias sociales y políticas de la crisis económica capitalista mundial iniciada en 2007, pretenden usar El Capital para encontrar supuestas fórmulas que anulen las contradicciones y las crisis que son inherentes al sistema.