Noticias

24 de abril de 2013

Las represas de Santa Cruz

Una licitación multimillonaria en la disputa

Embarrado hasta la cabeza por las denuncias de sobreprecios en las obras públicas, el miércoles 17 de abril el ministro De Vido, trató de salvarse con el “roban pero hacen”. Así, esa mañana, en la Casa de Gobierno, encabezó la firma de convenios para la ejecución de obras de infraestructura con intendentes de Santa Cruz, en el marco del plan “Más cerca, más Municipio, mejor país, más patria”, iniciado a mediados del año pasado para “puentear” a los gobernadores “no amigos” de la Casa Rosada.
También aprovechó la oportunidad para hablar de una “operación mediática” destinada interferir en la “licitación estratégica” de la multimillonaria obra hidroeléctrica Cóndor Cliff –hoy rebautizada Néstor Kirchner– y La Barrancosa –ahora gobernador Jorge Cepernic–, refiriéndose a una publicación del diario Clarín de ese mismo día, sobre la supuesta intención del gobierno de frenar dicha licitación por el escándalo de Lázaro Báez, a partir del programa de Lanata en el canal de aire del multimedios.
En esa licitación, valuada en 24.358 millones de pesos, participa precisamente la empresa Austral Construcciones, de Lázaro Báez, en un consorcio que conforman las firmas Synohydro, de China, además de Iecsa, de Angelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri.
Más allá de las intenciones de uno u otro, lo cierto es que, dada la magnitud de la obra, todo el trámite de la licitación ha venido teñido desde su inicio, por una feroz disputa entre los sectores de burguesía intermediaria e intereses imperialistas en los que se referencian los mismos, dentro del bloque de las clases dominantes.
Lo que cuenta La Nación
El multimillonario proyecto de Cóndor Cliff se inició a comienzos de 2007. Primero se licitó como emprendimiento privado, en el que los oferentes debían aportar el 51% del financiamiento. Pero la crisis económica mundial de 2008 y 2009 forzó a que se pasara a un esquema de obra pública, en el que los oferentes podían o no tener financiación.
Esa segunda licitación la ganó el consorcio integrado por Impsa (Pescarmona), Corporación América (Eurnekian) y el grupo brasileño Camargo Correa, con una oferta de $16.400 millones y financiamiento privado por $2.000 millones. Se adjudicó el proyecto y se firmó el contrato.
En abril del año pasado, sin embargo, el gobierno anuló ese contrato y abrió una nueva licitación. Encumbradas fuentes del sector empresarial vinculadas con la licitación fueron contundentes cuando La Nación preguntó quién tomó la decisión y por qué. “No me hinchen más los huevos; esto es política”, afirmaron que le escucharon decir al secretario de Obras Públicas, José López.
Antes, en febrero de 2010, la titular del ARI santacruceño, Mariana Zuvic, había denunciado que Lázaro Báez había adquirido por US$ 30 millones –entre 2006 y 2008– unas 182.000 hectáreas de tierra que se inundarían tras la construcción de Cóndor Cliff. Así, según la denunciante, el empresario buscaba cobrar una indemnización millonaria del Estado.
Esa no es la única relación de Báez con el megaproyecto. En la última licitación presentada en abril, por $24.358 millones, casi el doble del cálculo original, se presentaron cinco oferentes. Entre ellos, empresas fuertemente ligadas al Gobierno: Electroingeniería, Cristóbal López y también Báez
Con la nueva licitación –dispuesta por el gobierno–, la megaobra arrancaría en 2014, pero ambas con sus nuevos nombres: Gobernador Jorge Cepernic y Presidente Néstor Kirchner.

Los que ninguno nombra
Lo que no dicen Clarín y La Nación, es que además de los imperialistas chinos y sus “amigos” aquí (aparte de Lázaro Báez, ¿también Electroingeniería y Cristóbal López?), están también en la disputa los imperialistas rusos y sus “amigos” en la Argentina, con los que De Vido estuvo en Moscú en octubre pasado, en su búsqueda de socios imperialistas que también incluyó a China. “La presentación del concurso se realizó en la sede del Ministerio de Energía ruso, ante unos 30 empresarios del sector energético de Rusia. De Vido recordó que ‘empresas rusas ya realizaron Caracoles y están haciendo Punta Negra’, ambas en San Juan. También señaló que compañías de ese país construyeron Salto Grande años atrás.
“En consecuencia, indicó que ‘la participación de la industria rusa en el desarrollo energético argentino no es nueva’. Además, les pidió a las compañías rusas que ‘se vinculen en el marco de lo que establece el pliego de licitación con empresas argentinas, como las que nos acompañan acá’.
“Del encuentro, además de los rusos participaron Manuel Kleiman, el número cuatro del Grupo Techint; Luis Valenti, vicepresidente de Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa); Hugo Dragonetti, presidente de Panedile; y Juan Manuel Collazo, titular de Helport, brazo constructor del Grupo Eurnekian” (Ambito Financiero, 2/10/2012).
Estos serían los intereses por los que Clarín y La Nación “operan” para continuar la licitación sacando del medio a Lázaro Báez y sus socios chinos. Pero, De Vido, ¿quiere continuarla para preservar sus antiguas relaciones con esos mismos intereses, o por los otros “amigos del gobierno” en la licitación, como los califica La Nación: Electroingeniería o Indalo, de Cristóbal López, asociados a la otra “de las dos compañías chinas (hay otras dos brasileñas) para las cuales el ministro Julio De Vido gestionó créditos de bancos públicos que tendrán avales del Estado” (La Nación, 21/4/2013)