La escasez de agua potable en la región de la Ruta 81 (a la altura de Ibarreta) es histórica. Esto se debe, más que a factores climáticos, a la desidia e ineptitud de los que están a cargo de la Cooperativa de agua potable y los funcionarios de la Municipalidad que no cumplen con las tareas que les corresponden.
La escasez de agua potable en la región de la Ruta 81 (a la altura de Ibarreta) es histórica. Esto se debe, más que a factores climáticos, a la desidia e ineptitud de los que están a cargo de la Cooperativa de agua potable y los funcionarios de la Municipalidad que no cumplen con las tareas que les corresponden.
La situación se tornó sumamente crítica este último año debido a la sequía que castiga a la zona. En algunos barrios no tenían agua hace cinco meses. Los reservorios estaban agotados y con agua podrida que por la desesperación era utilizada por la población.
Ante la crisis hídrica, un grupo de vecinos conformó una Comisión de Emergencia que fue recorriendo diferentes instancias. Se hizo una propuesta de una militante de la agrupación que conduce Luis D’Elía de entregar una carta a la presidenta. Se llegó a recolectar 1.200 firmas que fueron entregadas al gobierno nacional.
A mediados del mes de marzo, la indiferencia del intendente y las explicaciones irrisorias que brindaban los responsables del “agua” condujo a la comisión a realizar una asamblea invitando a todo el pueblo para decidir sobre el corte de ruta. La gran mayoría votó por el corte, que se programó para el día siguiente determinando en 12 horas la duración del mismo.
Iniciado el corte con aproximadamente 250 personas, el intendente se encargó de realizar caminos alternativos que el mismo dirigía provocando más irritación en la gente que respondió trasladándose a la intersección de las rutas 81 y 95, bloqueando de esta manera todos los accesos.
El tercer día de corte el gobierno envía a un funcionario del Ministerio de Obras Públicas que no satisface las demandas de la comisión que reunidos en asamblea la mayoría de los manifestantes deciden continuar el corte. Simultáneamente dos integrantes que responden a D´Elía renuncian a la comisión y aparecen en los diarios negociando con el ministro de Obras Públicas.
Queda en evidencia cómo las autoridades municipales y gubernamentales en complicidad con los ex-integrantes de la comisión ma- niobraron para debilitar y degastar la protesta.
El corte continuó a pesar del hostigamiento y agresividad de la gendarmería. Al sexto día se decide levantar y darles un plazo, ya que se realizaron varias perforaciones y se envió una máquina desalinizadora.