En la charla estuvieron los compañeros Taurino Atencio, participante activo de la gesta histórica y compañero de militancia de Agustín Tosco; Soledad García, Sec. Adjunta CTA Córdoba y el compañero delegado de Smata en el año ‘69 Gerardo Luna, miembro de la Corriente Clasista y Combativa, y de la Comisión Permanente de Homenaje a René Salamanca.
En la charla estuvieron los compañeros Taurino Atencio, participante activo de la gesta histórica y compañero de militancia de Agustín Tosco; Soledad García, Sec. Adjunta CTA Córdoba y el compañero delegado de Smata en el año ‘69 Gerardo Luna, miembro de la Corriente Clasista y Combativa, y de la Comisión Permanente de Homenaje a René Salamanca.
En debate con ciertos historiadores que realzan el aspecto espontáneo del Cordobazo, los oradores relataron como fue producto de circunstancias históricas y de procesos políticos sociales concretos. Atencio citó a Tosco para quien “el enemigo era el imperialismo, la dictadura y la burocracia sindical”, recordando que a unos días del golpe del ’55 la CGT llama a los trabajadores a la más absoluta calma. Nombró algunos antecedentes del Cordobazo, la resistencia peronista, el manifiesto en el ’57 de la CGT de la Falda donde se hablaba de estatización, reforma agraria, pequeños pasos –decía Atencio–que al trabajador nos hacia avanzar en la conciencia de clase. También recordó cuando en el ’66 los militares cierran los centros de estudiantes, que se van a los gremios que estaban en lucha aportando una enormidad al esclarecimiento: “escuchábamos palabras que no conocíamos: “facho, plusvalía, uh…qué difícil era entender eso y mejor no preguntar dos veces…”
La compañera Soledad García hizo su aporte centrándose en el papel de las mujeres en el Cordobazo: “un papel tan invisibilizado como los encuentros de mujeres que se hacen hace tantos años”. Relató cómo eran invitados a los plenarios del gremio docente (UEPC), Tosco y otros dirigentes y cómo se quedaban hablando del rol de la educación para la liberación nacional, cosas muy profundas. “Una compañera docente que decía ‘yo creía que clases era lo que dábamos nosotros y ahora entiendo que la sociedad está dividida en clases’, así se fue avanzando en una conciencia antiimperialista y se hablaba de liberación y se respiraba un aire nuevo. Teníamos a la revolución ahí cerca. Las docentes el día del Cordobazo decidimos paro y estuvimos en la calle. (…) Las compañeras del calzado y del vidrio fueron un ejemplo de cómo se puede luchar con las mujeres desde las reivindicaciones propias: no tenían comedor, ni un rincón para comer y por eso luchaban. Las mujeres estuvieron también acompañando a sus compañeros para que salgan a luchar, cuidando a los hijos, muchas mujeres descubrieron un pensamiento liberador, emancipador, estaba el Mayo Francés y la Revolución Cubana. En barrio Nueva Córdoba recuerdo a las mujeres el día del Cordobazo tirando maderas desde los techos para las barricadas, con una gran conciencia antidictatorial.”
El Cordobazo
no fue espontáneo
Finalmente, el compañero Luna retomó el contexto internacional de aquel momento, el Mayo Francés, con fábricas tomadas en Francia como la Renault. Dijo: “La Revolución Cubana al alcance de la mano, la Revolución Cultural China… Onganía venía no sólo como un dictador, sino con un proyecto, los avances culturales, tecnológicos empezaron a ser coartados, sobre todo culturales, con medidas que ahora ustedes se reirían, pero prohibir las minifaldas, los pantalones a las mujeres, los estudiantes de la UTN teníamos que ir de ¡traje y corbata! Una universidad que había sido creada para los obreros…. Se creó un muro de contención, en el ‘66 cuando cierran los centros de estudiantes la resistencia se trasladó de los claustros a las calles. Recuerdo muy bien una marcha de estudiantes donde cae Santiago Pampillón, que era también operario y delegado de Renault. Cada hecho que generaba la dictadura se discutía fervorosamente dentro de las fábricas. La dictadura perseguía dentro de las fábricas, para mayo del ’69 la espiral de resistencia subía. En Corrientes la lucha deja otro mártir, Cabral, estudiante correntino. Luego Rosario, Blanco, obrero ferroviario, y Bello, estudiante. Entonces se decía ‘hay que hacer algo, pararles la mano’.
“Y aquella división de la CGT Argentina y la CGT Azopardo en Córdoba se daba entre legalistas y ortodoxos que seguían la línea nacional y ‘desensillar hasta que aclare’.
“El Cordobazo no fue espontáneo sino que llevaba años discutiéndose dentro de las empresas… y en ese torniquete a la clase trabajadora no tiene mejor ocurrencia la dictadura que quitarle el sábado inglés a los mecánicos y la cuota zonal a los metalúrgicos, las dos quedan abolidos por decreto presidencial…
“Hasta entonces la CGT hacía paro matero, los trabajadores cumplían el paro en su casa tomando mate, nosotros pedíamos paro activo y se fue corriendo la bola de un turno al otro. Entonces viene la asamblea en el Córdoba Sport para rechazar el decreto. Torres (Smata Córdoba), que era muy vivo, muy vivo, trae a Kloosterman (Smata nacional), para que explique y dé la cara pero nunca pudo hablar, se empezó a gritar desde las gradas ¡paro activo! En ese momento el cuerpo de delegados del Smata éramos 500, 600, porque también entraban los talleres… Y cayó la primera gaseada, porque nos gasearon adentro del Córdoba Sport: había mujeres que habían ido con niños, no les importó nada. Ahí fue que rompimos el techo y empezamos a salir por los techos, era el 14 de mayo. Hubo enfrentamiento en la calle y se dieron vuelta los primeros ‘loros’ que eran los colectivos verdes de entonces, eso fue un viernes. El lunes antes de entrar estaban los compañeros en la puerta de la fábrica esperando a ver que íbamos a hacer, ahí decidimos el paro de 37 horas.
“Del 14 al 28, fueron días de organización, por eso difiero con los historiadores que dan tanta importancia a lo espontáneo.
“El 29 salimos con la columna desde Santa Isabel hacia el centro; estuvo la famosa asamblea en Ciudad Universitaria de casi 10.000 estudiantes, hubo enfrentamientos en varios puntos de la ciudad. Eso es conocido, lo importante es que fueron los obreros organizados los que acaudillaron al pueblo. A la 1, cuando supimos que cayó Máximo Mena, se prendió la chispa.”
Para finalizar, Luna agregó que lo importante fue la democracia obrera que se vivía debatiendo en las fábricas y que hoy hay que seguir por la recuperación de los cuerpos de delegados.
Desde el público, un ex trabajador de Transax, también protagonista del Cordobazo pidió un minuto de aplauso para Máximo Mena y luego agregó: “Hicimos 9 kilómetros caminando, pero no caminando solamente, en medio de una pelea porque ¡las balas silbaban por todos lados!, parece que últimamente quieren cambiar la historia del Cordobazo. Los que hicieron el Cordobazo no fue un dirigente, los trabajadores lo hicieron porque le pusieron el pecho a las balas, la década del 60 fue un estado de ebullición. Contra la feroz dictadura de Onganía los políticos se llamaron al silencio, los únicos que resistieron fueron los gremios y los trabajadores. Lean mucho, pero no crean todo lo que dicen los historiadores, si se aferran a que la historia la hicieron los trabajadores van a estar en la verdad de lo que fue el Cordobazo.”
La charla culminó con una gran participación del público. Estaban presentes el hijo de Tosco, compañeros del Centro de Estudiantes de Filosofía y Humanidades, del MST, de la UP, del movimiento Paren de Fumigar y asambleas socio ambientales, Córdoba ciudad despierta, quienes dijeron “hace falta otro Cordobazo para terminar con este modelo de entrega, extractivo de las mineras, el mismo modelo que trajo la dictadura; eso nos fuimos dando cuenta en nuestra lucha por la ley contra la megaminería que en Córdoba: no se puede hacer mega minería, y por la ley de bosques. Necesitamos de la unidad de todos.”
Con un enriquecedor debate terminó la charla.