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12 de junio de 2013

Diana Dowek. La pintura es un campo de batalla. Obras / Intervenciones 1967 – 2012. Presentado en ArteBa 2013, a sala llena.

 
 

Crecer, crear, para cambiar todo

Un libro reciente de Diana Dowek

La pintura es un campo de batalla es un manifiesto y a la vez es el título del reciente libro publicado por Diana Dowek, reconocida artista plástica argentina contemporánea. Artista, mujer, compañera y militante, comprometida con la realidad de su pueblo de donde surge un incansable interés de dar visibilidad a lo que el poder opresor intenta ocultar una y otra vez. Su poética creativa se plasma en principios, ideas y acciones que nos demuestran un impresionante despliegue de coherencia, lectura aguda y anticipación de los acontecimientos y conflictos sociales más importantes de los últimos 40 años.
La publicación aborda de manera retrospectiva la producción artística tanto de obra plástica, como intervenciones muchas de ellas colectivas y solidarias. Desde cada página se nos enfrenta a una producción conceptual y simbólica donde el arte es acción política dentro un enfoque colectivo, rasgo identitario para entender a un arte político que no intenta polemizar sólo entre críticos y los circuitos del arte tradicionales sino que intenta (y lo hace realidad) llegar a cada fábrica, a cada trabajador, en fin al pueblo, allí donde el arte generalmente no llega.
En sus propias palabras podemos entender su punto de partida aquello de que nada que oprima al hombre puede ser indiferente: “Quizás porque a pesar de conocer y sufrir la extrema represión y violencia, donde la censura artística y cultural en mi país era una expresión más de la conculcación de los derechos humanos desde el advenimiento de los militares al poder en 1976, desde esta óptica, las comparaciones no eran gratuitas. Como dice el poeta, ‘nada de lo humano me es indiferente’, por lo tanto, esta situación nacional hizo mayor mi compromiso ético con la realidad y los sentimientos que nos tocaban vivir” (Diana Dowek).
La relevancia de la obra de Diana Dowek se hace presente en un libro de cuidada edición y diseño, donde cada página nos invita a reflexionar con la emoción que la visualidad nos produce en nuestra subjetividad cruzada por textos que nos invitan a la acción. La retrospectiva que se desarrolla en la publicación son series temáticas desde 1967 a la actualidad, y se propone presentar la obra plástica integrada al contexto del momento en que fue producida, con documentación de archivos, bocetos y textos de la artista, de reconocidos críticos, de historiadores y de fuentes documentales de la época. Se completa de esta manera un perfil donde se comprueban las palabras de la curadora del libro, Kekena Corvalán: “Es una artista incisiva, que nunca ha dejado de decir lo que piensa”.
Al recorrer las series nos encontramos con la obra de una artista política que sabe generar unas metáforas poéticas que constituyen un lenguaje transformador que surge del mismo campo de batalla, la realidad, y aporta una ética y estética a través de proponer una contra-mirada.
Algunos textos destacados del libro nos invitan a pensar la dimensión de esta obra para el analizar el pasado, presente y futuro del arte político argentino: “… desarrolla una forma de interpretar la realidad, sus aspectos sombríos, los más relevantes, del medio de crueldad que vivió y vive nuestro país” (León Ferrari).
“… se lanza a un espacio en el que la agresión y la violencia se presentan desnudas y opacas, silenciosas y graves” (Horacio Safons).
“… una sombra lo altera, lo tuerce-retuerce, lo oxida, lo vence, lo rompe” (Alfredo Saavedra).
“… instala también una virtualidad que simboliza la fuerza exploradora de la visión, su potencia para abrir el horizonte de nuestra sensibilidad y transformarse en vector de la libertad” (José Emilio Burucúa).
“… Y hay paisajes alambrados y boquetes en los alambres -que hablan de apresuradas huidas- y grupos humanos perdiéndose en horizontes interminables. Todo es alusivo, especular, de un realismo lírico que elude el trazo grueso. Magnifica conjunción entre el propósito critico y la resolución poética; que es, en última instancia el mayor desafío del arte” (Alberto Giudici).
“… No puedo decirte qué hace el arte y cómo lo hace. Pero sé que a menudo el arte ha juzgado a los jueces, vengado a los inocentes y enseñado al futuro los sufrimientos del pasado para que nunca se olviden. Sé también que en este caso, los poderosos temen al arte, cualquiera sea su forma y que esa forma de arte corre entre la gente como un rumor y una leyenda porque encuentra un sentido que nos une, porque finalmente es inseparable de la justicia. El arte cuando obra de ese modo, se vuelve un espacio de encuentro de lo invisible, lo irreductible, lo imperecedero, el valor y el honor” (John Berger).
Cada obra nos lleva a un momento de la historia de la Argentina y del mundo a través de una poética transformadora: “Las imágenes muestran aquello del orden de lo indecible, lo innombrable, lo impensable”, afirma Diana Kordon. Por eso este libro será indispensable para quienes creen que el arte político es mucho más que generar polémica con una obra, sino que el arte es un campo de batalla donde es necesario poner el cuerpo, pensamiento, lucha, pasión, coherencia y acciones que permitan destruir la injusticia y permitan construir para crecer, crear, para cambiar todo.
Para finalizar la voz de Diana Dowek a través de sus propias palabras: “Pintar la pintura. Todo ha sido dicho, todo ha sido hecho. Sin embargo recomienzo cada día, como si fuera la primera vez. Siempre es la primera vez… Luchar, fracasar, volver a luchar hasta la victoria…”.