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12 de junio de 2013

Un poeta revolucionario es un hombre que actúa: no debe únicamente reflejar el alma de su pueblo, sino que debe darle una dirección.
Nazim Hikmet

Nazim Hikmet: poeta y comunista

EN EL 50º ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DEL GRAN ARTISTA TURCO

Justamente en estos días, cuando en Turquía se desarrolla el levantamiento popular más grande de los últimos años, se conmemoró el 50 aniversario del fallecimiento del gran poeta comunista turco Nazim Hikmet, el 3 de junio de 1963.
Nazim Hikmet nació el 15 de enero de 1902 en la ciudad griega de Salónica, que entonces formaba parte del Imperio Otomano. Hijo de un alto funcionario imperial y una pintora, durante la guerra de independencia, se unió a Atatürk en Anatolia y ejerció de maestro en Bolu.

Justamente en estos días, cuando en Turquía se desarrolla el levantamiento popular más grande de los últimos años, se conmemoró el 50 aniversario del fallecimiento del gran poeta comunista turco Nazim Hikmet, el 3 de junio de 1963.
Nazim Hikmet nació el 15 de enero de 1902 en la ciudad griega de Salónica, que entonces formaba parte del Imperio Otomano. Hijo de un alto funcionario imperial y una pintora, durante la guerra de independencia, se unió a Atatürk en Anatolia y ejerció de maestro en Bolu.
Conmocionado por la revolución bolchevique, a los 19 años viaja a la Unión Soviética en 1921.
En 1924 regresó a Estambul, incorporándose a las filas del Partido Comunista de Turquía trabajando activamente desde entonces por los ideales comunistas. Formó parte de la redacción del periódico partidario. Consiguió eludir la represión del régimen turco y viaja de nuevo a Moscú, regresando a Turquía en 1929.
En 1933 fue detenido y encarcelado, acusado de asociación ilegal y de pretender implantar un régimen comunista, siendo puesto en libertad en 1935. Detenido nuevamente, en 1938 fue condenado a 28 años y 4 meses de prisión por sedición. Pasó doce años en la cárcel donde escribió, entre otros, sus “Poemas de las 22-23 horas”, “Paisajes humanos de mi país”, “Quinto día de huelga de hambre”. Gracias a la campaña internacional que tuvo lugar para pedir su liberación, sale de la cárcel 1951. Abandona Turquía que ya no volverá a pisar, falleciendo en Moscú el 3 de junio de 1963.
En una entrevista, Hikmet manifestó: “En Estambul, escribía para que me lo imprimieran, para que me leyeran con los ojos. Pero en Anatolia comprendí que era preciso leer los poemas en voz alta, para el pueblo. (…) Entonces me dediqué a escribir poemas sonoros, con rima y expresiones populares (…). Pero cuando estuve encarcelado, comprendí otra cosa: que se puede tener a un solo hombre por todo auditorio y, a través de él, hablar a toda la humanidad. Sin gritar: en voz baja, con una entonación muy de charla, muy íntima”. Fragmentos de una entrevista en Clarté, nº 48.
Su compromiso político está expresado en declaraciones como la que sigue: “Desde que soy poeta, lo que espero, lo que exijo de las bellas artes es que, al servicio del pueblo, lo conduzcan hacia días mejores. Que traduzcan el sufrimiento, la cólera, la esperanza, la felicidad, la nostalgia del pueblo. Eso es lo que no ha cambiado en mi concepción del arte. El resto ha variado, varía y variará en todos los sentidos. Yo he cambiado, cambio y seguiré cambiando para testimoniar de la manera más conmovedora, más inteligente, más eficaz, más bella y más perfecta, esto es lo que no cambiará”. Conversación con Ekber Babayev, Konusmalar, Estambul, Adam Yay.
Hikmet es autor de numerosas obras de teatro, novelas y poemas. Entre estos últimos, de los más conocidos podemos nombrar El telegrama que llegó de noche, Cartas a Taranta Babu, aspectos humanos de mi país. Rubais, Desde las cuatro cárceles. Obras de teatro como Leyenda Turca, o El hombre olvidado, y novelas como Hermosa cosa es el vivir, hermano mío.
Ofrecemos a nuestros lectores parte de la vibrante poesía de este gran escritor que supo interpretar como pocos a su pueblo.