Un camarada, sobreviviente de un atentado en el que estuvo en peligro su vida en el año 1975 producto de su posición antigolpista, quedó sin vinculación orgánica desde que los fraccionistas fueron excluidos del Partido. Hace dos semanas, logramos reestablecer el contacto y encontrarnos. Los temas fluyeron con avidez: información, intercambio y debates. En medio de la conversación, me da un pequeño envoltorio, al abrirlo, encuentro cinco grupos de billetes: ¡sus cinco cotizaciones!
Un camarada, sobreviviente de un atentado en el que estuvo en peligro su vida en el año 1975 producto de su posición antigolpista, quedó sin vinculación orgánica desde que los fraccionistas fueron excluidos del Partido. Hace dos semanas, logramos reestablecer el contacto y encontrarnos. Los temas fluyeron con avidez: información, intercambio y debates. En medio de la conversación, me da un pequeño envoltorio, al abrirlo, encuentro cinco grupos de billetes: ¡sus cinco cotizaciones!
No eran formales, eran de esfuerzo. Me emocioné y le di la mano. Sólo hizo un gesto como diciendo “más bien, viejo…”.
En un solo gesto me reafirmó que la cotización para un comunista es una reafirmación de la pertenencia al partido y habla de la propia identidad de cada uno de nosotros como comunistas.