El domingo 23/6 se llevó a cabo una convocatoria de adhesión al referéndum contra la ley de despenalización del aborto. El mecanismo se puso en marcha luego de que los convocantes reunieran algo más de 50.000 firmas y se les exigía conseguir el voto del 25% de los habilitados, unos 650.000, para llamar Referéndum.
Muy poca fue la adhesión, alrededor de 235.000, sólo un 9% de los habilitados, los convocantes fracasaron estrepitosamente.
El domingo 23/6 se llevó a cabo una convocatoria de adhesión al referéndum contra la ley de despenalización del aborto. El mecanismo se puso en marcha luego de que los convocantes reunieran algo más de 50.000 firmas y se les exigía conseguir el voto del 25% de los habilitados, unos 650.000, para llamar Referéndum.
Muy poca fue la adhesión, alrededor de 235.000, sólo un 9% de los habilitados, los convocantes fracasaron estrepitosamente.
La ley actualmente vigente, aprobada en octubre del pasado año, es insuficiente y pone condiciones inaceptables a las mujeres, para la realización del aborto con cobertura en la salud pública y privada. Este es otro de los temas en que el gobierno oportunista del Frente Amplio prometió y no cumplió cabalmente, teniendo las mayorías parlamentarias para hacerlo.
Pero, en caso de ser habilitado este referéndum, se le estaría cerrando el paso a la lucha por la defensa más plena e intransigente por los justos derechos de la mujer a decidir sobre su cuerpo y tener acceso a una asistencia médica integral que le posibilite disponer de los medios anticonceptivos adecuados y a un aborto legal por libre voluntad, gratuito y en condiciones sanitarias que garanticen su salud.
Entre quienes promovieron este referéndum se destacan los sectores más reaccionarios de los partidos de la derecha tradicional y sectores de la Iglesia Católica, que contaron con el apoyo de los más probables candidatos de los partidos tradicionales, Larrañaga y Bordaberry, y del propio Tabaré Vázquez, del Frente Amplio.
