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10 de julio de 2013

El viernes 28 de julio pasado, se realizó en Tucumán, el segundo debate sobre Mujer y Trabajo, como parte del ciclo de charlas “Hablan las Mujeres” organiza-do por la Casa de las Mujeres Norma Nassif.


 

Mujer y trabajo

TUCUMÁN: HABLAN LAS MUJERES

Este ciclo fue diseñado para que las mujeres encuentren un lugar para debatir sus problemas ya que no muchas veces son escuchadas en lugares públicos. Además pensado en el marco de la conmemoración a 10 años de encuentro, organización y lucha que significa la creación de la Casa de las Mujeres.

Este ciclo fue diseñado para que las mujeres encuentren un lugar para debatir sus problemas ya que no muchas veces son escuchadas en lugares públicos. Además pensado en el marco de la conmemoración a 10 años de encuentro, organización y lucha que significa la creación de la Casa de las Mujeres.
Esta charla se enmarcó en medio de “la peor crisis del capitalismo en el mundo, y esto tiene incidencia en Argentina ya que se intenta resolverla con la superexplotación de los trabajadores a lo que se suma la condición de mujer. Es imperioso conocer las condiciones de trabajo, la precarización laboral y las enfermedades producto de la explotación, por eso es necesario hablar sobre las condiciones de trabajo y las luchas de las mujeres para organizarnos para que la crisis no la pague el pueblo sino los que la generaron”, inició Vicky Disatnik.

“Sin lucha no podemos conseguir nada”
La primera oradora fue María Rosario, obrera de Kraft y militante del PCR, que se refirió a la crisis económica y a la superexplotación. “Este es un debate en la clase obrera, sobre quién paga la crisis. Recuerdo en el 2007, ya se decía que se venía una crisis de dimensiones nunca conocida. En Terrabusi se discutía cómo iba a afectar a una fábrica de alimentos. En el 2009, la lucha de Kraft comienza por la gripe A, porque había una resolución del Ministerio de Salud y Educación de cerrar todos los establecimientos educativos y nosotros tenemos un jardín maternal, que se consiguió después de una larga lucha (único jardín en la rama de alimentación). Había preocupación de las madres por el problema que cerraran el jardín y para que se tomara mayores medidas de higiene sanitaria en la fábrica. Eso fue el detonante. Después se vinieron los 162 telegramas de despidos. Estuvimos durante 38 días, sin producir dentro de esa planta. Con asambleas permanentes, donde se veía la democracia directa. Fue una lucha muy dura. Compañeros se convirtieron en grandes luchadores. Aprendimos que la lucha era por etapas, que no era todo o nada. Y que teníamos que seguir luchando los trabajadores”.
En relación como los trabajadores vienen pagando y sufriendo la crisis, en particular las mujeres, María explicó “las fábricas, los monopolios como Kraft siempre tuvieron enormes ganancias sobre la base de la superexplotación. Porque se ha triplicado la producción en estos últimos años lo que ha ocasionado diversas enfermedades laborales entre esas la tendinitis. Cuando la presidenta habló de la tendinitis, que dijo que ‘no se hagan, porque no es tan así…’ Eso cayó muy mal a las compañeras en la fábrica, que decían que ella decía eso porque nunca trabajó en una línea de producción. Eso causó mucha indignación, ya que por la tendinitis muchas compañeras plantean que ya no pueden alzar a sus hijos, levantar una olla, ya no pueden estrujar un trapo de piso.
“Hernias de disco, lumbalgias, varices, enfermedades que se han ido produciendo producto de la superexplotación. Los trabajadores estamos pagando la crisis a través de la inflación, del IVA en la canasta básica y el impuesto a las ganancias, hay mucha bronca por eso. También gran parte de los trabajadores ya no cobramos la asignación familiar, ni ayuda escolar”. Concluyendo afirmó “Sin lucha no podemos conseguir nada. Y por eso este año vamos a la recuperación de la comisión interna en manos del clasismo”.
Por su parte, Leonor Cruz, secretaria de Género de CTA de Tucumán, expresó la necesidad de debatir “qué consecuencias reales, tienen los datos, qué rostros e historias en todas nosotras. De cada 10 hombres 7 están empleados, en el caso de las mujeres menos de 5. Esta brecha se agiganta si empezamos a tener hijos. Además, si tenemos hijos 6 de cada 10, tenemos posibilidades de conseguir un empleo. Pero si decidimos tener más de uno, y bueno le vamos dando menos posibilidades.
“Este sistema capitalista dice que si tenés más de tres hijos no tenés posibilidad. Solamente 3 de cada 10 con más de tres hijos puede acceder al empleo. Tenemos menores posibilidades de acceder al sistema jubilatorio, a vacaciones. Todo esto tiene que ver con el reclamo que venimos haciendo, si nosotras pudiéramos decidir cuántos hijos tener, y en nuestros lugares de trabajo pudiéramos acceder a jardines maternales, a licencias cuando nuestros hijos se enferman, redes de contención que nos permitan llevar nuestra doble jornada y poder desarrollarnos plenamente en nuestro trabajo.
“Cuando todo esto lo trasladamos al salario, ahí empezamos a horrorizarnos en serio. Hay una brecha entre el 20 y el 36% en la Argentina. Los hombres con la misma carga horaria y con misma responsabilidad cobran más que nosotras. ¿Cuál es la cuestión? son mujeres. En la Central, esto tiene que tomarse fuerte y tomar como reivindicación esta brecha, que es importante porque hace a nuestra dignidad”.

Obreras rurales y desocupadas
Luego, Dalinda Sánchez, secretaria general la seccional Alberdi de Uatre, trabajadora rural del limón, tabacalera y del arándano afirmó: “Yo empecé a trabajar como obrera rural, hace diez años en la cosecha del citrus ya entré con trabajo en blanco. Dejaba a mis hijos que eran chicos, la que se quedaba a cargo de la cocina tenía nueve años, le decía cociná y déjale servido a tus hermanos que eran 4. Sin ser delegada todavía me paraba a discutir con el capataz, con el encargado. Hasta que los compañeros me eligieron como delegada después de tres años. Entonces luchábamos cortando la ruta para conseguir los planes interzafra, para cuando se termina la cosecha. Trabajé en la boca de expendio de Uatre. Hasta que hace dos años, llegué a ser secretaria general. En Argentina hay sólo 10 secretarias generales mujeres y en Tucumán somos sólo dos.
“Discutía con las empresas, empleadores y contratistas, malditos. Porque pagan lo que quieren y engañan a la gente, algunos hasta los convencen que no les conviene estar en blanco porque le van a descontar. No les cuentan que a final de temporada van a recibir una liquidación, vacaciones no gozadas y medio aguinaldo. Hace dos años en la finca que trabajaba, jamás nos entregaban ropa de trabajo, jamás pagaban los feriados, se trabajaba con un canasto de 20 kilos que no estaba en el convenio colectivo. Nos pusimos en campaña e hicimos paro, también vinimos a enfrentar a estas terratenientes que viven en la Iglesia pero explotan a los trabajadores, en menos de tres horas conseguimos que se saque el canasto, que se pague los feriados y la ropa”.
Finalmente Lorena Díaz, dirigente juvenil y de las mujeres de la CCC relató la situación de los barrios de las mujeres desocupadas. “Nosotras las mujeres, en los barrios, nos tocan las tareas más difíciles, criar a nuestro hijos, cuidar un hogar, tareas que nos han dado que cuando viene la crisis, ¿cómo hacemos? Organizarnos fue lo mejor que nos pudo pasar, primero para sobrevivir y después para conocer que los responsables son los que gobiernan y que tiene que dar respuesta en cuanto a nuestros derechos y al trabajo.
“Cuando empecé a participar de los Encuentros de Mujeres mucho no entendía porque teníamos las mujeres que juntarnos a hablar de los problemas específicos. Así fuimos entendiendo que sufríamos una doble opresión, que necesitamos un lugar donde expresarnos y poder entender que cuando la mujer se organiza algo cambia. En nosotras cambió todo, cambió la perspectiva de la vida, cambió la visión de cómo educar a los hijos. Hemos hecho muchas actividades junto a la Casa de las Mujeres, y también hemos salido a luchar juntas muchas veces.”
Finalmente se realizó un debate y se invitó a las participantes a incorporarse a las actividades de la Casa de las Mujeres Norma Nassif.