En 1907, Argentina atravesaba una oleada de luchas de gran magnitud, y el movimiento obrero enfrentaba una dura política represiva por parte del gobierno. En ese contexto aparecieron corrientes que presionaban en las bases de las dos federaciones obreras, la FORA (anarquistas) y la UGT (socialistas y sindicalistas), para que se unificaran. Desde 1902, cuando se dividen las centrales sindicales, había habido otros intentos de acercamiento, todos frustrados. A la vez, el crecimiento de las luchas obligó a tomar medidas conjuntas, a medida que los gremios se desarrollaban, y avanzaba su unificación “por oficio”. La unidad de acción tuvo expresión en la huelga general de comienzos de 1907, lanzada en solidaridad con los conductores de carros de Rosario, y que resultó triunfante.
Los sindicalistas tenían el objetivo de la fusión -con su hegemonía-, desde su predominio en la UGT. Los socialistas y los anarquistas eran las fuerzas que ponían más reparos. En el VI Congreso de la FORA (septiembre de 1906) ya los zapateros habían propuesto un “Congreso de fusión”. Luego, el IV Congreso de la UGT (diciembre de 1906) expresó la misma idea.
Resuelta la convocatoria, se desató una dura disputa. Desde La Protesta –periódico anarquista- se publican varios artículos contra esta fusión, con distintos argumentos. Uno revelaba los límites del anarquismo con toda crudeza: “El obrero no es la única víctima de la sociedad actual; los capitalistas, los archimillonarios, son también víctimas de la actual organización. La tiranía del Estado pesa igual sobre ricos y pobres. El ejército y la patria son igualmente contrarios a los intereses de los hambrientos y de los hartos”.
Los sindicalistas dicen que ningún sindicato debe ir al congreso con unas bases programáticas previamente discutidas para “eliminar todo elemento que se oponga (…) a la unión de las fuerzas”. Los socialistas criticaban la convocatoria “por la fusión pura y simple, sin decir, al menos, por ahora, cómo y para qué ella será hecha”. Desde el jueves 28 de marzo al lunes 1º de abril de 1907, en el salón de la Sociedad Verdi, se realizó el Congreso de Unidad, con la participación de más de 120 organizaciones. Los primeros dos días se pasaron en la discusión de las credenciales de los delegados. El tercero, los sindicalistas propusieron una “declaración preliminar” a favor de la fusión, que fue rechazada, porque la mayoría –los anarquistas- querían discutir “las bases de la fusión” y propusieron para eso que el Congreso se pronunciara por el “comunismo anárquico”. Obviamente, esto implicó el retiro de las delegaciones de la UGT, y que la “fusión” quedara en la nada.
