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07 de agosto de 2013

La konversión de Cristina y otros

¿Milagros de Papa Francisco?

La presidenta Cristina ha sido cuestionada por haber llevado a Martín Insaurralde en su viaje como jefa de Estado a Brasil. Pero no podía llevar su vice y presidente del Senado de la Nación, Amado Boudou, no por impresentable sino porque debía reemplazarla en su ausencia. Entonces buscó a la vicepresidenta del Senado, segunda en la sucesión presidencial, Beatriz Rojkés, pero no la encontró porque la pobre había tenido que acompañar a su marido, el gobernador tucumano José Alperovich, en campaña para su candidato Juan Manzur, por los Emiratos Árabes, sufriendo a lomo de camello o en hoteles de segunda en Dubai y Abu Dabi, ni qué decir de tener que soportar los bailes de odaliscas.

También los otros gobernadores estaban muy ocupados haciendo campaña en actos y anuncios oficiales, no violando la ley electoral sino “acompañando” como ella, salvo el gobernador bonaerense Daniel Scioli, que ya estaba en Río desde el primer día. Seguramente le pareció feo incorporarlo a la comitiva oficial, además le sobraban un par de pasajes. Entonces no le quedó otra que buscar un “intendente exitoso”: no se le ocurrió mejor que uno que por “sus propias virtudes” sea candidato a diputado nacional, el intendente de Lomas, Martín Insurralde, pero no por eso sino para cumplir su deseo de ir con su hijo a agradecer al Papa su curación. “Ya sabés –escribió en su twitter– gracias a Dios y la Virgen, se curó”.

Tanta fe y ternura no podrán ser opacadas por algunos oportunistas que convirtieron esa foto “intima” en un afiche de campaña que empapeló Buenos Aires y sus alrededores. Encima, su candidato en la ciudad de Buenos Aires, Daniel Filmus, mostrando su konversión, salió a mostrarse en una combie con otra imagen de Cristina con el papa Francisco, mirados desde lo alto por Perón y Kirchner con la leyenda “Mirá pibe a donde llegamos”.

Hablando de konversos, pero éste no ya al catolicismo sino al cristinismo, sería injusto dejar de mencionar al gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien después de meses de andar como perro cascoteado con la cola entre las piernas, por los vapuleos en público que le daba la presidenta Cristina, ahora anda hecho un león en la campaña. Y Cristina y sus incondicionales, después de haberlo defenestrado todo el año, ahora no sólo le hacen elogios en público, sino también guiños y miradas complacientes. ¿Será otro “milagro” del papa Francisco?