La semana pasada, los trabajadores textiles de varias empresas en Egipto fueron a la huelga. La misma afectó a la Nasr Spinning Weaving Company en Mahalla –el mayor complejo textil de propiedad estatal en el país–, a Stia Spinning and Weaving, y la empresa Kafr.
El nuevo gobierno, con menos de un mes desde su asunción, enfrenta una creciente ola de protestas por parte de los trabajadores, que reclaman un cambio en las políticas antiobreras del derrocado Mohamed Morsi.
La semana pasada, los trabajadores textiles de varias empresas en Egipto fueron a la huelga. La misma afectó a la Nasr Spinning Weaving Company en Mahalla –el mayor complejo textil de propiedad estatal en el país–, a Stia Spinning and Weaving, y la empresa Kafr.
El nuevo gobierno, con menos de un mes desde su asunción, enfrenta una creciente ola de protestas por parte de los trabajadores, que reclaman un cambio en las políticas antiobreras del derrocado Mohamed Morsi.
Los trabajadores de Nasr Spinning and Weaving Company en Mahalla entraron en huelga el 31 de julio en protesta por los retrasos en el pago de sus salarios y la falta de pago de tres meses de su bono anual de reparto de utilidades en el tiempo para el Ramadán. Las mismas exigencias se encuentran detrás de una huelga de doce días por los trabajadores en Stia Spinning and Weaving Company. También protestaron los trabajadores de Misr Spinning and Dyers Bayda en Kafr al-Dawwar, y los de Spinning Company Damietta.
En Mahalla, los trabajadores exigieron dos días de vacaciones pagas durante el festival de Eid-al-Fitr y el pago de parte de su bono anual de reparto de utilidades. La huelga fue desencadenada por un anuncio de la gerencia de la fábrica de propiedad pública, que restringió la fiesta Eid a un día, y se negó a pagar la prima. A las 8 horas de paro, la dirección acordó pagar un mes y medio de la prima de participación en los beneficios y el aumento de la festividad Eid a 5 días.
Según Kamal al-Fayyoumi, uno de los líderes de la huelga, los trabajadores también expresaron demandas más amplias en un memorando presentado al gobernador militar en Mahalla hace dos semanas. Estos incluyen la disolución del sindicato oficial en la fábrica, que está dirigido por la Seguridad del Estado, el despido de Fuad Abdel Alim, presidente del Textil Holding y el regreso de la compañía a la gestión por parte del Ministerio de Industria.
La actual ola de huelgas en la industria textil representa un desafío importante para el gobierno respaldado por el ejército dirigido por Hazem al-Beblawi, que asumió el poder después de la caída del presidente de la Hermandad Musulmana, Mohamed Morsi. El nuevo ministro de Trabajo, Kamal Abu Aita, fue hasta hace unas semanas, el presidente de la Federación Egipcia de Sindicatos Independientes. Hoy, miles de trabajadores textiles toman en sus manos el reclamo contra la reducción de sus salarios.