En el origen del actual proceso inflacionario se encuentra en la forma en que se salió de la crisis que terminó con la convertibilidad, tanto en el plano económico como político.
En el origen del actual proceso inflacionario se encuentra en la forma en que se salió de la crisis que terminó con la convertibilidad, tanto en el plano económico como político.
La maxidevalución del 300%, con salarios congelados hasta los inicios del 2004, año en que comienzan las discusiones paritarias, generaron una fuerte alteración de los precios relativos y fenomenales transferencias de ingresos entre empresas de diferentes sectores y dentro de la misma rama de actividad, y a favor del Estado. La recuperación económica de ese período se completa por la existencia de capacidad ociosa, con tecnologías relativamente actualizadas durante la etapa anterior, y la suspensión de los pagos de intereses y amortizaciones de la parte de la deuda defaulteada desde comienzos de 2002.
En 2004, se manifiestan las primeras señales de la crisis energética, en particular con el gas, y en 2007, se evidencia como restricción la disponibilidad de reservas y aumento de costos y precios en los combustibles y el gas. Se pierde la soberanía energética con el consecuente impacto en el sector externo, pues se requieren cantidades crecientes de dólares para garantizar la provisión energética.
Entre las principales causas del complejo fenómeno inflacionario que hoy vive la Argentina debido a la política kirchnerista, podemos mencionar:
1Una demanda expansiva, vía creación de empleo antes que recuperación de los ingresos de los trabajadores que recién en 2007 lograron acercarse a los niveles del 2001, subsidios, planes sociales, etc. para consolidar hacia arriba y hacia abajo, un poder que nació débil, con el 22% de los votos. Por el otro lado, entre el 2004 y el 2011, el gasto público se incrementó 398% mientras los ingresos tributarios lo hicieron en un 300%.
2El gasto público no se ha orientado hacia fines productivos para ampliar la oferta. Ejemplo de ello, la energía, el transporte, etc. Sin embargo, el factor principal del aumento del gasto es la corrupción del aparato estatal. También desde 2006 comienzan a incidir fuertemente los pagos de los intereses y amortizaciones de la deuda pública en dólares (interna y externa) reestructurada en 2005, que no se hacían desde su default a comienzos de 2002.
3El déficit público creciente (corriente y de capital) se cubre con emisión monetaria, profundizando la desconfianza en el peso por la pérdida de su poder adquisitivo, alentado por las expectativas que operan desde afuera. De acuerdo a las estimaciones realizadas por algunas provincias, el índice de precios al consumidor (IPC) para 2012, arrojó un 25/26% anual, mientras que la emisión monetaria aumentó el 38.6%.
4En la producción de bienes y servicios, o sea la oferta, se ha expandido y consolidado la presencia de los capitales extranjeros, altamente concentrados y con poder monopólico de la oferta o de la demanda para la fijación de precios y control sobre las divisas, lo que impone una fuerte restricción ante el crecimiento de la demanda.
5El sector externo no cumple con su función de fuente de financiación del crecimiento, debido que está controlado por los monopolios imperialistas. A ello se suma el efecto de la remisión de utilidades y fuga de capitales, que se traduce en recurrentes crisis de balanza de pagos e inflación.
6El fenómeno “sojero” con precios internacionales crecientes hizo crecer la renta absoluta y diferencial terrateniente por el desplazamiento, por parte de la soja, de campos dedicados a otras actividades, en particular la producción vacuna, que al disminuir su oferta provocó una importante suba del precio. En el caso de la horticultura el avance de la soja también impactó, aunque en menor proporción, dadas las características peculiares de esta tipo de producción con fuerte incidencia de la intermediación en el precio final. Asimismo, hay que tener en cuenta que, en los últimos dos años, muchos pooles sojeros están relocalizando su producción hacia países limítrofes, en donde se les garantizan mejores condiciones de rentabilidad con menos renta de la tierra e impuestos.