Rectificación significa corrección del modo de pensar y del estilo de trabajo. Campañas de rectificación dentro del Partido Comunista se han llevado a cabo en tres ocasiones: durante la Guerra de Resistencia contra el Japón, en el curso de la Guerra de Liberación y en los días posteriores a la fundación de la República Popular China. Ahora, el Comité Central del Partido Comunista ha resuelto que se inicie este año otra campaña de rectificación dentro del Partido. Personas no pertenecientes al Partido pueden tomar parte o no en ella, según sea su deseo. Esta campaña está dirigida principalmente a criticar las siguientes tendencias erróneas en el modo de pensar y en el estilo de trabajo: subjetivismo, burocratismo y sectarismo.
Al igual que en la campaña de rectificación efectuada durante la Guerra de Resistencia, el método consistirá, primero que todo, en estudiar una serie de documentos y, sobre esta base, examinar cada cual sus propias ideas y su trabajo y desplegar la crítica y autocrítica con el fin de descubrir los defectos y errores y de estimular lo que sea bueno y correcto.
En el curso de la campaña, por un lado, debemos ser estrictos, efectuando concienzuda y no superficialmente la crítica y autocrítica de los errores y defectos para luego corregirlos; por otro, debemos proceder con la suavidad de una brisa, siguiendo el principio de “sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro, y tratar la enfermedad para salvar al paciente”, y oponernos al procedimiento de “acabar con el tipo de un mazazo”.
El nuestro es un Partido grande, glorioso y correcto. Esto es innegable. Pero aún tenemos defectos, y esto también es innegable. No debemos considerar como positivo todo lo que hemos hecho sino únicamente lo que es correcto; al mismo tiempo, no debemos negarlo todo, sino sólo lo erróneo. Si bien los éxitos constituyen lo fundamental de nuestro trabajo, no son pocos los defectos y errores. De ahí la necesidad de una campaña de rectificación.
¿Se minará el prestigio de nuestro Partido si criticamos nuestro propio subjetivismo, burocratismo y sectarismo? Pienso que no. Por el contrario, esto servirá para elevarlo. Así lo demostró la campaña de rectificación realizada durante la Guerra de Resistencia, pues acrecentó el prestigio de nuestro Partido, de los camaradas militantes y de nuestros cuadros veteranos, y también permitió que los nuevos cuadros lograran grandes progresos.
¿Cuál de los dos temía a la crítica, el Partido Comunista o el Kuomintang? El Kuomintang. Este prohibió la crítica, pero no pudo salvarse de la ruina. El Partido Comunista no teme a la crítica, pues somos marxistas, la verdad está de nuestro lado y las masas básicas –los obreros y campesinos– están con nosotros.
La campaña de rectificación es, como decíamos, “una amplia campaña de educación marxista”1. Por rectificación entendemos el estudio del marxismo en todo el Partido a través de la crítica y autocrítica. Podremos sin duda aprender más marxismo en el curso de la campaña de rectificación.
La responsabilidad de dirigir la transformación y la construcción de China recae sobre nosotros. Cuando hayamos rectificado nuestro modo de pensar y nuestro estilo de trabajo, gozaremos de mayor iniciativa en las tareas nuestras, seremos más capaces y trabajaremos mejor. El país necesita de mucha gente que sirva de todo corazón al pueblo y a la causa del socialismo y que tenga voluntad de transformaciones. Así debemos ser todos los comunistas.
Antes, en la vieja China, hablar de reformas era un crimen que se pagaba con la decapitación o la cárcel. No obstante, hubo reformadores resueltos que, sin temor a nada y desafiando toda clase de dificultades, publicaron libros y periódicos, educaron y organizaron al pueblo y sostuvieron inflexibles luchas.
Nuestro Poder, la dictadura democrática popular, ha pavimentado el camino para un rápido desarrollo económico y cultural del país. Sólo han pasado unos pocos años desde el establecimiento de nuestro Poder y ya puede verse todo un cuadro de florecimiento sin precedentes de la economía, la cultura, la educación y la ciencia.
En la lucha por construir una China nueva, los comunistas no tememos ninguna dificultad. Sin embargo, no basta con nuestros solos esfuerzos. Necesitamos de muchas personas no militantes del Partido que tengan grandes ideales y que, siguiendo el rumbo del socialismo y el comunismo, luchen junto con nosotros valientemente por la transformación y construcción de nuestra sociedad.
Es tarea muy ardua asegurar una vida mejor a los centenares de millones de chinos y hacer de un país económica y culturalmente atrasado como China, otro próspero, poderoso y con elevado nivel cultural. Precisamente para poder asumir esta tarea con mayor eficacia y trabajar mejor junto con todos aquellos que, sin ser militantes del Partido, tienen altos ideales y están decididos a hacer reformas, debemos desplegar campañas de rectificación tanto ahora como en el futuro y desprendernos constantemente de cuanto haya de erróneo en nosotros.
Los materialistas consecuentes son intrépidos; esperamos que todos los que luchan a nuestro lado asuman valientemente sus responsabilidades, superen las dificultades y no tengan miedo a los reveses o las burlas, ni vacilen en hacernos a nosotros los comunistas críticas y sugerencias. “Quien no teme morir cortado en mil pedazos, se atreve a desmontar al emperador”: éste es el espíritu intrépido que nos exige la lucha por el socialismo y el comunismo. Por nuestra parte, los comunistas debemos brindar facilidades a los que cooperan con nosotros, establecer con ellos buenas relaciones de camaradería en la tarea común y unirnos con ellos para luchar juntos. n
NOTA:
1. “Una campaña de educación marxista, es decir, la campaña por la rectificación del estilo de trabajo” (Obras escogidas de Mao Tsetung, tomo III, pág. 269). “El camarada Mao Tsetung llamó a desplegar en todo el Partido un movimiento de educación marxista-leninista, en otras palabras, una campaña por la rectificación del estilo de trabajo sobre la base de los principios ideológicos del marxismo-leninismo” (en la Nota a “Reformemos nuestro estudio”, Cuadernos… Nº 36).