En su discurso por cadena nacional la noche del lunes 26 de agosto, como reacción ante el fallo desfavorable de la Cámara de Apelaciones de Nueva York de la semana anterior, la presidenta Cristina Fernández, recordó: “el 31 de diciembre de 2001, no está tan lejos y fue allí donde la Argentina defaulteó exactamente 81.836 millones de dólares. Vuelvo a repetir: 31 de diciembre de 2001, la Argentina, nuestro país defaultea la deuda de bonos por 81.836 millones de dólares”.
En su discurso por cadena nacional la noche del lunes 26 de agosto, como reacción ante el fallo desfavorable de la Cámara de Apelaciones de Nueva York de la semana anterior, la presidenta Cristina Fernández, recordó: “el 31 de diciembre de 2001, no está tan lejos y fue allí donde la Argentina defaulteó exactamente 81.836 millones de dólares. Vuelvo a repetir: 31 de diciembre de 2001, la Argentina, nuestro país defaultea la deuda de bonos por 81.836 millones de dólares”.
Después se refirió a las negociaciones de 2004 de Kirchner-Lavagna (sin mencionar a este último, pero tan responsable como aquél), que a comienzos de 2005 “terminó reestructurando el 76 por ciento de la deuda soberana, con la quita más importante que se recuerde en la historia. Quita que para medir la importancia que tuvo, en el crecimiento posterior de la Argentina la podemos cuantificar en más de 79.000 millones de pesos” (aquí lo dijo en pesos para que la cifra suene a mayor, porque en dólares apenas hubiera llegado a 20.000 millones, estando el dólar en ese momento en los 4 pesos).
Pero en esa cifra del “ahorro” no cuenta los intereses que se tuvieron que comenzar a pagar desde entonces, ni el “bombón” para los acreedores que los acompañó, “lo que se denominó el Cupón de Crecimiento”, que ha implicado y sigue implicando algo más de 3.000 millones de dólares anuales extras, cuando la tasa de crecimiento anual del PIB supera el 3,2%.
Así se explica que pese a todo lo que se ha perdido pagando esta “década ganada”: “81.487 millones de dólares hemos pagado al sector privado (extranjero y nacional, en dólares, tenedores de bonos)”, dijo, hoy la deuda en moneda extranjera a tenedores de bonos y Letras del Tesoro, es de 89.130 millones de dólares (un monto superior al defaulteado en 2001), según los datos publicados por el propio Ministerio de Economía (últimos datos al 31/12/2012). Esto sin contar los intereses que seguirán devengando todos los años de su duración y lo que surja cada año del Cupón de Crecimiento, ni los 11.316 millones de dólares de los tenedores de bonos que no entraron en los canjes anteriores, a los que ahora se ofrece un nuevo canje en condiciones similares.
En tanto, con el fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, el país sigue en manos de los usureros imperialistas, pues aunque está demostrado en el caso de los fondos buitre que se hicieron de esos bonos por monedas, para ellos lo que importa es lo que está escrito en el papel y “las deudas hay que pagarlas”. Con las apelaciones se puede seguir “ganando tiempo”, pero pensar que se puede ablandar el corazón de los usureros con pedidos “a Dios” o con advertencias sobre que eso “invalidaría otras reestructuraciones de deuda”, es como mínimo pecar de ingenuidad. De la única manera que se puede salir de esta trampa es suspendiendo el pago de intereses y capital de toda la deuda financiera, mientras se investiga para determinar la que sea ilegítima, fraudulenta y usuraria, para repudiarla, como se tiene que hacer con toda la deuda heredada de la dictadura, incluyendo los 6.272 millones de dólares del llamado Club de París, que no es deuda “de todos los argentinos”, como reitera la Presidenta en sus discursos.