Hace unas semanas se conoció que una alumna de la carrera de Trabajo Social, que se dirigía a tomar clases en la facultad, en plena siesta, fue interceptada por un auto blanco con vidrios polarizados, en el que iban dos hombres. La secuestraron a punta de pistola y abusaron de ella en el parque 9 de Julio. Inmediatamente después del hecho la víctima se dirigió a la facultad a buscar ayuda. Fue encontrada en un baño por sus compañeros. Este hecho se suma a los tantos casos de abusos que sufrimos las jóvenes de la provincia de Tucumán. Donde se denuncian cinco violaciones cada semana. Y son el doble los que no llegan a conocerse.
Este nuevo abuso llenó de bronca a los estudiantes. Al día siguiente se convocó a una asamblea de más de 600 estudiantes, donde se decidió llevar adelante un corte calle para exigir: justicia y esclarecimiento de este hecho, y colectivos de la universidad que realicen el recorrido desde la terminal de ómnibus a las instalaciones de las unidades académicas.
Este reclamo se debe a que en esta zona son reiterados los casos de violencia hacia las mujeres, acoso, abusos, manoseo, intentos de secuestros sumados a los robos reiterados. Cabe recordar, que las jóvenes estudiantes en comisiones, ya vienen denunciando anteriores abusos y amenazas.
Ante este hecho, la respuesta del gobierno fue destinar policías a la zona. Las autoridades de la facultad tomaron conocimiento del pedido y se comprometieron a realizar gestiones que hasta el día de la fecha no tienen respuesta cierta.
Pero, el lunes de la semana siguiente los medios de comunicación dieron a conocer un segundo hecho, donde a una estudiante, en el mismo lugar, a las 11 de la mañana, un agresor a punta de cuchillo la violó. En esta oportunidad, los jefes de policía salieron rápidamente a desmentir a la víctima y enchastrar la cancha respecto al primer caso, tergiversando y poniendo en duda lo sucedido, de lo cual los medios y las autoridades se hicieron eco.
Esta fue la gota que rebalsó el vaso, lo que motorizó a los estudiantes a realizar otra asamblea cortando la avenida frente al ingreso principal del Centro Presbich (facultades de Filosofía, Psicología, Educación Física y Odontología). En esta oportunidad la bronca de los estudiantes llevó a que se decidiera la toma de la facultad de Filosofía y Letras. Al día siguiente se tomó la misma medida en la facultad de Psicología.
Ambas tomas, elevaron el debate en relación a la protección de los estudiantes, a la violencia de género y las necesidades que viven día a día. Esto hizo que los reclamos sobrepasaran las resoluciones de más policías y que propusieran como exigencias de pase libre y boleto estudiantil, colectivos de las UNT que circulen por las inmediaciones del parque, la declaración emergencia en violencia sexual y doméstica en la provincia, esclarecimiento y justicia en los casos de abuso y violaciones.
El jueves pasado se convocó a una marcha al Rectorado, que tuvo una presencia multitudinaria de estudiantes. Donde se sumaron docentes, La Casa de las Mujeres Norma Nassif y la Corriente Clasista y Combativa. Las autoridades universitarias reunidas con los estudiantes de las distintas facultades se comprometieron a realizar las gestiones con el gobierno provincial para atender a los reclamos.
Ante esto se decidió continuar con las tomas, marchar este lunes a la Casa de Gobierno y el martes nuevamente al Rectorado, hasta recibir respuestas concretas por parte del gobierno de Alperovich y del Consejo Superior de la UNT.
Silbatazo
El viernes a las 18, La Casa de las Mujeres Norma Nassif, realizó el habitual Silbatazo en la peatonal del microcentro de San Miguel de Tucumán, donde participaron estudiantes y se pudieron juntar miles de firmas con lo que se evidenció que la sociedad tucumana se conmovió ante lo sucedido. Donde las personas que transitaban se detenían y hacían colas para firmar por la Emergencia en violencia sexual y doméstica.