Los compañeros que participaron de la tercera visita a la ESMA organizada por la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos el sábado 31 de agosto, denunciaron que nuevamente se había organizado un asado en ese predio que funcionó como un campo de concentración durante la dictadura videlista, y por el que pasaron 5.000 detenidos desaparecidos. Recordemos que los “asados” en la jerga dictatorial, eran la quema de cuerpos.
El asado lo estaban organizando varios jóvenes, militantes de Hijos, junto al subsecretario de Promoción de Derechos Humanos, Carlos Pisoni, todos militantes kirchneristas.
Ante la recriminación por parte de los integrantes de la AEDD, las respuestas indican el grado de degradación en que han caído los que se envuelven en la bandera de los derechos humanos: ”¿Y vos qué te crees, que por ser sobreviviente de la ESMA sos su dueño?”, “¡Uds se quedaron en el pasado, en el horror!”, “¡Pero si los detenidos estuvieron sólo en el Casino de oficiales!”, “¿Qué querés, que dejemos todos los edificios cerrados?”, “¡Esto no era Auschwitz, acá no había cámaras de gas, acá no murió nadie!”.
Para algún desprevenido estas declaraciones pueden sonar increíbles, pero para quienes conocemos hasta que punto el gobierno ha cooptado a una parte de las organizaciones de derechos humanos, no nos sorprende. Son los mismos que en nombre del “proyecto nacional y popular” justifican al general Milani al frente de las fuerzas armadas, o la represión al pueblo de Neuquén para sostener un acuerdo entreguista con Chevron, mientras ponen en las calles interiores de la ESMA fotos de Néstor y Cristina Kirchner con la inscripción: “gracias por devolvernos la patria”, como pudimos comprobar en la primera visita organizada por la AEDD.
Esta es la “resignificación” que promueve el diputado kirchnerista –e hijo de desaparecidos- Juan Cabandié, que afirmó que le “daba una alegría tremenda” que se hagan asados en la ESMA. Es el bastardeo de la memoria que viene practicando este gobierno.
Más allá de la necesaria discusión de qué hacer con la ESMA, debate que vienen dando las organizaciones de derechos humanos, y del cuál han sido excluidos los integrantes de la AEDD, así como el resto de los organismos que no se alinean con el gobierno, sólo se puede acordar con los dichos de Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora: “Me indigna. Querer banalizar un lugar que fue de terror y de muerte me parece un despropósito muy grande”, dijo.