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09 de octubre de 2013

El ejército en la represión interna

El corolario de una política de gobierno

 “El gobierno usó tropas del Ejército para desalojar una ocupación”. Así reza la información periodística. Ya no quedan dudas sobre los verdaderos objetivos del gobierno en cuanto a sus cambios en la órbita militar y de seguridad. 

 “El gobierno usó tropas del Ejército para desalojar una ocupación”. Así reza la información periodística. Ya no quedan dudas sobre los verdaderos objetivos del gobierno en cuanto a sus cambios en la órbita militar y de seguridad. 
El de Santa Cruz no es un evento aislado, es el corolario de una política sostenida en el tiempo y que la designación del Gral. Milani corona. Lo señalamos desde hace varios años, y con resultados diametralmente opuestos a los que aspiraba el poeta Juan L. Ortiz, podemos parafrasearlo afirmando “los tiempos que ya llegan, nos van dando la razón”.
A aquellos que ven como una ventaja que el Ejército se involucre en conflictos internos bajo el disfraz de “revincular al Ejército con el pueblo” ocupándose de ciertas emergencias (algo que siempre hizo el Ejército Argentino, independiente del estado de derecho o de facto que rigiera el país), deben reconocer que la vuelta al sistema de seguridad nacional bajo el disfraz de la “solidaridad” es más grave que en décadas pasadas, porque éste viene imbricado con el narcotráfico y la trata de personas para la esclavitud sexual y laboral.
Narcoestado, en su versión argentina, narcoestado y represión. Síntesis de un sector oligárquico dominante, el sector kirchnerista, que está avisando de distinto modo a sus rivales y a los sectores patrióticos y populares que no tiene ninguna intención de abandonar sus posiciones ni sus riquísimas posesiones.