Luis Márquez era un joven obrero de 23 años de la fábrica Transax (hoy Volkswagen) de Córdoba, secuestrado el 28 de octubre de 1975, y desaparecido desde entonces. Era militante de la JCR y delegado en el Smata Córdoba, y había ganado el pronunciamiento de la asamblea general de la fábrica “contra todo golpe, sea prorruso o proyanqui”, posición que impulsaba el Partido Comunista Revolucionario.
Luis Márquez era un joven obrero de 23 años de la fábrica Transax (hoy Volkswagen) de Córdoba, secuestrado el 28 de octubre de 1975, y desaparecido desde entonces. Era militante de la JCR y delegado en el Smata Córdoba, y había ganado el pronunciamiento de la asamblea general de la fábrica “contra todo golpe, sea prorruso o proyanqui”, posición que impulsaba el Partido Comunista Revolucionario.
El PCR impulsó con audacia esta posición antigolpista, por lo que tuvo mártires, asesinados por las bandas golpistas que operaban entonces. Estos asesinatos y secuestros arteros tuvieron el objetivo de desviar al PCR de su posición antigolpista, con la cantinela de que “mientras la dirección del PCR apoya a López Rega, las Tres A asesinan a sus militantes”. Todavía hoy, algunos siguen repitiendo el mismo sonsonete.
Hoy la causa por su secuestro y desaparición forma parte de la denominada “Mega causa La Perla”, por la que están siendo juzgados Ernesto Barreiro y otros. En el expediente constan los nombres del grupo de tareas que lo secuestró de su casa, y que permaneció cautivo en el Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba (D2) donde fue torturado. Se sabe también que los esbirros de la intervención en el Smata Córdoba en 1975, enviada por José Rodríguez, tuvo una responsabilidad fundamental en el secuestro de Luis Márquez.
Los clasistas y los comunistas revolucionarios, mantenemos en alto las banderas de Luis, y no pararemos hasta que haya castigo tanto para los responsables de los crímenes de la Triple A, como para los cometidos por las bandas golpistas que, al servicio de uno u otro imperialismo, prepararon así el camino para el golpe de Estado del 24 de marzo, que instauró la dictadura terrorista más sangrienta que conoció nuestro país en el siglo veinte.