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04 de noviembre de 2013

El 2 de noviembre realizamos un acto para reivindicar la vida y la lucha del primer secretario de Organización de la JCR, Manuel “Quebracho” Guerra, secuestrado por la dictadura videlista el 1 de noviembre de 1977.

“Seremos como Quebracho”

Homenaje a Manuel Guerra, a 36 años de su secuestro y desaparición

“Todo está cargado en la memoria”, canta León Gieco, y comprobamos todos los que estuvimos el 2 de noviembre en el homenaje al querido camarada Manuel Guerra, Quebracho, en el predio donde estuvo secuestrado, al igual que otros 1.500 hombres y mujeres.

“Todo está cargado en la memoria”, canta León Gieco, y comprobamos todos los que estuvimos el 2 de noviembre en el homenaje al querido camarada Manuel Guerra, Quebracho, en el predio donde estuvo secuestrado, al igual que otros 1.500 hombres y mujeres.

Allí funcionó durante la dictadura videlista el Centro Clandestino de Detención y Tortura “Club Atlético”, en los sótanos del edificio del Servicio de Aprovisionamiento y Talleres de la División Administrativa de la Policía Federal, en plena ciudad de Buenos Aires.

“Arma de la vida y de la historia”, sigue León. Arma que rescatan desde hace años los ex detenidos desaparecidos, los familiares, las organizaciones populares y un conjunto de personas que, desde el Instituto Espacio para la Memoria (IEM), y la Comisión de Trabajo y Consenso para la recuperación de El Atlético, realizan un trabajo de recuperación del sitio, con la colaboración de antropólogos forenses. De todo este trabajo pudimos conocer, acompañando a los familiares de Manuel, durante la recorrida por el sitio y el museo de El Atlético.

Allí, antes del acto, vimos muestras, entre otras cosas, de la saña de los genocidas, que conservaban como “trofeo de guerra” la tumba (con lápida incluida) de Víctor José Fernández Palmeiro, militante del ERP muerto en 1973. De ese trabajo de rescate de la memoria es testimonio también el hallazgo de un “cliché” de impresión de una fotografía perteneciente al periódico clandestino del PCR, Nueva Hora (ver aparte).

 

Por Quebracho y los 30.000

En ese clima, y con la Avenida Paseo Colón desbordante de compañeros y amigos del PCR, la JCR, el PTP, la CCC, la CEPA, el MUS y Liberpueblo, de Capital Federal, el Gran Buenos Aires, La Plata, Zárate, y delegaciones de Córdoba (con la Comisión de Homenaje a René Salamanca), Mendoza, Rosario, y Mar del Plata, realizamos, junto al Instituto Espacio para la Memoria,el homenaje a Quebracho, y a los 30.000 secuestrados por la dictadura.

Dentro del predio del Atlético, una gigantografía reafirmaba “No a la impunidad de ayer y de hoy”, al costado del talud que recuerda los nombres de los secuestrados allí. Gran cantidad de personalidades y dirigentes del campo popular estuvieron presentes (ver aparte), entre ellos una importante delegación del Comité Central del PCR encabezada por su secretario general, Otto Vargas.

Junto a los entrañables Teresita Castrillejo, compañera de Manuel, y Facundo, su hijo, llegaron hasta el homenaje hermanos de Quebracho con sus hijos, y otros parientes, que fueron saludados con un cálido aplauso.


Teresita Castrillejo: “Fue fruto del Cordobazo”

Palabras de la compañera de Manuel Guerra.


“Luchar para que los sueños de los 30 mil se concreten”

Facundo Guerra, hijo de Manuel Guerra.


“Decimos presente”

Palabras de Victor Basterra, sobreviviente de la ESMA e integrante del IEM, Verónica Quinteros, abogada de Liberpueblo y querellante en la causa de Manuel Guerra, y María Eugenia Ursi, de la Comisión de Trabajo y Consenso del Ex Centro Clandestino de Detención "Club Atlético".


“Muchos no estaríamos aquí sin ese heroico silencio de Manuel”

Palabras de Ricardo Fierro, miembro del Comité Central del PCR y secretario de la JCR en los años que Quebracho era secretario de Organización.


Manuel Ríos: "siempre vas a ser nuestro mejor ejemplo"

Palabras del secretario político de la JCR.


Nora Cortiñas: "¿Por qué no se abren los archivos?"

Palabras de la referente de Derechos Humanos y Madre de Plaza de Mayo, línea fundadora.


Carta de una sobrina nieta de Quebracho

La hermana de Quebracho, Gladys Guerra, leyó una carta escrita por su nieta.