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27 de noviembre de 2013

Distintas miradas sobre el país en construcción

BREVES DE LA HISTORIA ARGENTINA

 El pensamiento filosófico argentino tiene en los distintos proyectos políticos que disputaron la conformación histórica de la Nación Argentina, una invalorable cantera de ideas y lucha política, que se encuentra poco difundida. En las facultades, en general no existe la cátedra de filosofía argentina, se la trata como pensamiento argentino, que en realidad presupone investigar cómo se leyeron entre nosotros las obras de pensadores europeos, separando así una universalidad del estudio concreto de la realidad concreta.
Esto no fue casual, fue parte de un complejo proceso de dominación cultural y política. Nuestra gloriosa insurrección de Mayo de 1810, que contuvo en su seno profundas contradicciones y mutaciones políticas, constituyó un campo de disputa todavía actual, para dilucidar su significado y valoración política.
La generación de 1837, a pesar de que planteaba volver a Mayo, no logró nunca entender del todo que significó Mayo. Muchos años después, Alberdi, en Pequeños grandes hombres del Plata, un libro prácticamente desconocido, hace una lectura de la revolución de mayo distinta a la de su generación juvenil.
Echeverría, a pesar de que vio algunas cosas, particularmente en su etapa del exilio, en Mirada Retrospectiva tampoco logra penetrar en las causas profundas de los motivos por los cuales una revolución anticolonial triunfante, terminó como terminó. Su idea del progreso, de la educación, de la razón universal, su intento de mezclar la tradición española con el romanticismo nacional, tenían una muralla imposible de pasar sin comprender que la hegemonía la habían conquistado los terratenientes, y que por su carácter de clase, su rumbo no era la democracia y el federalismo en serio, sino el acuerdo con el naciente imperialismo.
El romanticismo incluye el entendimiento de la tradición nacional, de la idea de país, del heroísmo, de la exaltación del coraje, ergo, la barbarie no es descartable, etc., pero no bastaba mirar al país con un ojo, y con el otro intentar agregar los aspectos racionales que las teorías de la época facilitaban. El iluminismo es saber enciclopédico, el romanticismo es la exaltación de las pasiones. Echeverría quiere superar la contradicción entre unitarios y federales, y ataca su base filosófica; la vida demostró que resultaron ser solo ilusiones. Los vencedores de Pavón incorporaron las dos cosas, se quedaron con el poder, lo que significó las tierras, la aduana, y un federalismo solo de texto escrito. 
Acá el federalismo era la participación de las masas originarias y campesinas en la revolución, y la democracia, dividir las tierras, los que plantearon estos temas fueron derrotados.  Este es el punto de partida para entender todos los programas políticos.