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13 de enero de 2014

Por un sueldo mínimo vital de $ 8.500. Por el 82 % móvil para jubilados y pensionados. Los fondos de la Anses y del PAMI para los jubilados. Eliminación del impuesto a las ganancias a los trabajadores, y del IVA a los artículos de la Canasta Básica Alimentaria.

Apertura inmediata de paritarias

Hora Política - Hoy 1501

1. Inflación y pobreza
 
La ex directora del Indec, antes de la intervención por el gobierno, Graciela Bevacqua, estimó que el aumento de la Canasta Básica Total durante el año 2013 se encareció en un 45%. Para la CGT, ese aumento fue del 50%. La suba de los precios de los alimentos, tarifas e impuestos dio un nuevo salto en enero, superando el 4%. 

1. Inflación y pobreza
 
La ex directora del Indec, antes de la intervención por el gobierno, Graciela Bevacqua, estimó que el aumento de la Canasta Básica Total durante el año 2013 se encareció en un 45%. Para la CGT, ese aumento fue del 50%. La suba de los precios de los alimentos, tarifas e impuestos dio un nuevo salto en enero, superando el 4%. 
Los “precios Kuidados” acordados por el Ministerio de Economía y los supermercados casi triplican los que usa el Indec para la Canasta Básica Alimentaria. Según el Indec, una persona puede alimentarse con $8,30 por día, es decir, con $249 por mes. Pero con los alimentos de los “precios Kuidados”, una persona tiene que gastar $27.70 por día, es decir, $711 por mes. ¿Qué dirá el gobierno K? O reconoce que mintió sobre los precios desde que intervino el Indec, o deberá anunciar una inflación del 183% en enero.
El brutal aumento de la inflación en los tres últimos meses empujó a la pobreza a 550.000 personas más, sumando un total de 11.950.000 argentinos: 3 de cada 10 son pobres. Es peor en los niños y adolescentes: son pobres 4 de cada 10; y en el Chaco, la provincia del jefe de Gabinete, son pobres 7 de cada 10.
 
2. Recules
 
La presidenta esconde la cara a las malas noticias con que la política de ajuste de su gobierno castiga al pueblo. Pasó la época de “las vacas gordas”. Sin la plata que manotea del Banco Central, la Anses, el PAMI y otras “cajas”, el presupuesto nacional tiene un “agujero” de $120.000 millones. Este año los pagos de deuda suman 10.000 millones de dólares, y se importará energía por más de 13.000 millones (en el 2013 se importó por 12.800 millones, 38% más que el 2012).
Buscando plata, la presidenta acordó con la AFIP el aumento del impuesto a los bienes personales de acuerdo a la valuación del mercado, y Capitanich lo anunció. El impuesto “cortaba ancho”, metía en la misma bolsa departamentos de lujo de Puerto Madero y de uno o dos ambientes de un trabajador o un jubilado, por lo que podía repetirse una situación como la de la rebelión agraria contra la circular 125. Cristina K se terminó de convencer, y mandó a Kicillof a desmentir la medida, cuando su hijo Máximo le dijo que sus 28 propiedades, valuadas en su declaración jurada del 2012 en $48 millones (por esa cifra paga impuestos), sinceradas, valen varios miles de millones de pesos (y pagaría 30 veces, o más, de lo que paga ahora de impuestos).
También reculó el gobierno con la importación de tomates, ante la perspectiva de “comprarse” un conflicto que podía desembocar en un desabastecimiento de verduras.
 
3. Hachazos
 
El año pasado fue la fuga de votos del kirchnerismo. Este año arrancó con el aumento de la bronca contra el ajuste del gobierno K, y en el corrimiento de sectores populares que ya no creen en las falsas promesas K, y toman en sus manos la lucha por sus reclamos y necesidades, como se vio en la autoorganización de los barrios en la revuelta policial y los saqueos, y frente a los apagones.
El gobierno sabe que “el horno no está para bollos”. En el Tucumanazo frente a los saqueos y la represión policial, al igual que en los cortes de calle contra los apagones, piquetes y cacerolas volvieron a unirse en las calles.
Este cambio del estado de ánimo y de conciencia que se está produciendo en amplios sectores de trabajadores y el pueblo, amenaza a la columna vertebral del ajustazo K: darle un hachazo a los salarios en las paritarias, otro tanto a las jubilaciones y planes sociales, y mantener a las provincias y municipios bajo control al borde del precipicio financiero.
 
4. Presiones
 
La situación ha cambiado. El festejo de “los triunfadores presidenciables” en las elecciones duró poco. Los sectores rivales del kirchnerismo en el bloque dominante están “preocupados” por el debilitamiento del gobierno y sus manotazos, por el crecimiento de la bronca y la combatividad popular, y saben que los candidatos promocionados por sus multimedios no tienen los votos comprados. 
La AEA y la Sociedad Rural, presionan para consensuar un programa básico para el próximo gobierno, para lo que impulsan el Foro de Convergencia Empresarial, en el que participan la Mesa de Enlace agraria, la UIA, AEA, los banqueros de Adeba y ABA, los comerciantes de la CAC y las cámaras española, yanqui y brasileña, ACDE, IDEA, la Comisión de Justicia y Paz y el Colegio de Abogados, entre otros.
 
5. La pulseada de las paritarias
 
Las grandes masas de trabajadores y el pueblo no quieren retroceder en sus conquistas, quieren avanzar, por eso no abandonan las huelgas y las calles. No están dispuestas a hacerle “la sillita de oro” al ajustazo y al candidato de Cristina K, ni a los Massa, Scioli, Macri, o el que encabece una nueva Alianza como la de De la Rúa, con sus ajustes más o menos perfumados.
No es cierto que se “fortaleció la derecha”, como dicen La Cámpora y sus socios del PC, para justificar los sapos que les hace tragar Cristina K: ajuste, Chevron, Milani, etc. La presión que viene desde abajo en las fábricas y lugares de trabajo, es por aumentos de salarios que le ganen la carrera a la inflación; y esa presión es la que tiene que expresarse en las asambleas y cuerpos de delegados para que las luchas por las paritarias vayan unidas a dar pasos en la unidad de acción del movimiento obrero por un salario mínimo vital y móvil de $8.500, como un monto fijo que unifique el reclamo de la clase obrera, a partir de lo cual, en cada gremio se planteen objetivos que avancen hacia la canasta familiar real; y en función de ese salario, el 82% móvil a los jubilados y el aumento de los planes sociales. Y que en torno a la lucha obrera se multipliquen las multisectoriales y demás formas de unidad combativa popular.
La nueva situación es muy buena para llevar hasta el final la campaña política por la personería del PTP, nacionalmente y en cada provincia, saliendo al encuentro de esas masas obreras y populares embroncadas, que buscan caminos y referentes para la lucha. Y que buscan que, al calor de sus luchas, se reagrupen las fuerzas populares, patrióticas, democráticas, antioligárquicas y antiimperialistas, y forjen un frente programático que las exprese ahora y en las elecciones del 2015.
La pulseada de las paritarias es clave para que haya realmente un fin de ciclo K. Es decir, un final protagonizado por los trabajadores y el pueblo, con las enseñanzas del Argentinazo, la Rebelión Agraria y Federal, y el reciente Tucumanazo, para que un gobierno popular, patriótico, democrático y antiimperialista, hegemonizado por la clase obrera, abra el camino a la liberación nacional y social.