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05 de febrero de 2014

Los de arriba se preocupan por la gobernabilidad y la posibilidad de un estallido social. Abajo crece la bronca: las necesidades de los trabajadores y el pueblo chocan día a día con las mentiras kirchneristas y la creciente inflación impuesta de prepo por el gobierno que hace ganar plata con pala a los monopolios.

Por un paro nacional multisectorial

Debatir un programa de emergencia

 Su política de devaluación gradual, para tratar de disfrazarla, fracasó rotundamente y fueron a una devalución brutal, para favorecer a un sector de los exportadores, a un sector de los terratenientes y a los banqueros. Golpean nuevamente, con un gran hachazo, los ingresos de los asalariados, de la pequeña y mediana producción industrial y agraria y del comercio, subiendo los costos. Golpean a los endeudados en dólares. En fin, una medida hecha a la medida de los monopolios imperialistas y la banca internacional y local.

 Su política de devaluación gradual, para tratar de disfrazarla, fracasó rotundamente y fueron a una devalución brutal, para favorecer a un sector de los exportadores, a un sector de los terratenientes y a los banqueros. Golpean nuevamente, con un gran hachazo, los ingresos de los asalariados, de la pequeña y mediana producción industrial y agraria y del comercio, subiendo los costos. Golpean a los endeudados en dólares. En fin, una medida hecha a la medida de los monopolios imperialistas y la banca internacional y local.
Lo que está en juego es torcerle el brazo a esta política reaccionaria que le hace pagar las consecuencias de la crisis a los trabajadores y el pueblo. Hace falta imponer un programa integral antiinflacionario a favor de los de abajo, un programa de emergencia. 
No hay posibilidad de mejorar sin un paro y piquetazo nacional multisectorial de 24 horas. Pero este paro no va a garantizarse con expresiones de deseo, es necesario ir a las secciones a los lugares de trabajo sobre todo a las grandes concentraciones a propagandizar -desde afuera y desde adentro- el plan de emergencia y los puntos para avanzar; además es necesario preparar asambleas, reuniones de cuerpos de delegados, asambleas de sindicatos, donde se discuta la preparación del paro general y la discusión de paritarias, donde los trabajadores tomen en sus manos una propuesta integral de emergencia y desde allí se coordine exigiendo a los dirigentes de los gremios de todas las centrales, golpeando centralmente a los colaboracionistas con el gobierno, para que desde abajo avance una propuesta independiente de la clase obrera. 
Sigamos el ejemplo de los médicos de provincia de Buenos Aires que han parado durante enero. Marchemos a jornadas nacionales y provinciales de lucha como la propuesta por la CCC para el aumento inmediato de jubilaciones, pensiones, subsidio universal a la niñez, Argentina Trabaja y todos los planes; que confluyan con la de la CTA de provincia de Buenos Aires para la primera quincena de febrero y las luchas de estatales y docentes en todas las provincias. Que avance por abajo la lucha contra el ajuste y la devaluación, levantando un programa reivindicativo con centro en el aumento de salarios con un mínimo vital de de $8.500 y una canasta familiar en la zona central de $13.500.
 
Paritarias trimestrales
Las paritarias tienen su especificidad en esta lucha. Se están desarrollando las de bancarios, aceiteros y la UTA, pero la realidad va imponiendo la necesidad de un adelanto a cuenta de la discusión de paritarias. Lo logró Bancarios. Aceiteros consiguió un 26% entero por enero, febrero y marzo y una cifra fija de $8.200 a pagar ahora y a principio de marzo. Petroleros Privados de Neuquén firmó por 4.000 por tres meses a cuenta. La UTA consiguió un poco más de $1.200 (pidió 2.000) por mes y 500 de viático. Veinte gremios ya pidieron el adelanto a cuenta de paritarias o, como lo llaman, “Bono Puente”. Nadie sabe a ciencia cierta cuánto más será la depreciación de los salarios. Sobre las nuevas cifras del Indec que promete el gobierno para el 13 de febrero, sus trabajadores dicen que será una nueva mentira. El 13 debemos estar todos en el Indec acompañándolos, a siete años de su lucha contra la intervención kirchnerista. 
En este contexto, las paritarias no pueden discutirse por más de tres meses. Así aceiteros acordó su revisión para fines de marzo. Ya este comienzo ha dado por tierra con los topes que quería poner el gobierno de Cristina, con un 18% en tres cuotas de 6%. Prácticamente ese 18% son los adelantos a cuenta, en una sola cuota.
La CGT de Barrionuevo y la de Moyano siguen su ronda de entrevistas con los políticos presidenciables. Dicen que Moyano tiene temor a que desde el gobierno lo pongan en el blanco por desestabilizador, golpista, y que por eso no habla de paro general, pero a la vez les va a preguntar a los presidenciables qué hacer. En la reunión de Mar del Plata discutió un programa reivindicativo que está bien pero no lo vemos salir firmemente contra la devaluación. No nos olvidemos de su posición en el 2001 a favor de los devaluadores… Dicen que teme un estallido social después de lo que pasó en diciembre con la rebelión policial, los saqueos y la autoorganización de masas en Tucumán. Sin embargo, la clase obrera debe tener su propio programa de emergencia, independiente de los monopolios imperialistas y los terratenientes, que le tuerza el brazo al gobierno de Cristina. Por eso, nosotros no vamos a quedar esperándolo, vamos a trabajar en las bases de los gremios de las centrales, para que desde abajo se logre un programa, un plan de lucha y el paro nacional. Por supuesto que vamos a hablar, vamos a confluir con todas las fuerzas que se unan a la lucha. Queremos que sea la CTA y toda la multisectorial la que dé continuidad, en otra escala, a la jornada del 19 de diciembre, a los paros y conquistas de los petroleros de Santa Cruz y Chubut, a los aceiteros y a los profesionales médicos en Cicop en provincia de Buenos Aires. La bronca y las necesidades indican que hay disposición para lograrlo, pero debemos empujar la lucha y el debate político en todos lados.